SOBRE MI

Soy una joven psicóloga y psicogerontóloga de 25 años que pretende invitaros a la reflexión. Actualmente doy conferencias para varias asociaciones locales y me sigo formando y actualizando a la espera de que algún día encuentre un buen trabajo.

sábado, 8 de noviembre de 2014

¡Quiero saber vuestra opinión!


He creado una encuesta nueva porque me gustaría saber cual es vuestra opinión sobre los temas que se han tratado hasta el día de hoy en el blog. Eso me ayudará para saber por donde tengo que dirigir próximas entradas.

Si tenéis alguna duda podéis entrar en el apartado etiquetas  que se encuentra en la parte derecha del blog (justo debajo de últimas entradas) para revisar las entradas que se han hecho según temática. 

Por otro lado, si tenéis alguna entrada preferida también me lo podéis comunicar, por aquí o por Facebook.

Gracias por participar.

Nos vemos en Facebook.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

En desconexión modo ON

Aprender a desconectar es algo importante para todos y cada uno de nosotros y es que, a veces, los problemas en lugar de marcharse parece que vengan más y más. Hoy en día, podemos tener problemas de desconexión en muy diferentes ámbitos: familiares, económicos, laborales, personales, etc…

Parece que poco a poco os vais a animando a escribirme y esta semana Vicente, un lector del blog, me escribió para pedirme algunos consejos de cómo poder desconectar. Es muy interesante el tema de esta semana y creo que nos puede ayudar a todos. Me he puesto manos a la obra y tras el trabajo de investigación, he seleccionado los que para mí son los mejores consejos para saber desconectar:


Hacer deporte: hemos hablado muchas veces de ello, pero en el fondo, creo que la gente no es consciente de la importancia del mismo. No es solo el antidepresivo más eficaz, sino que nos ayuda a dejar por un tiempo los problemas y a cargarnos las pilas.

Respetar tus tiempos libres y de ocio: estar siempre ocupado con cosas del trabajo no es buena vida para nadie. Aprender a domesticar tu mente y decirle: “¡Ya basta!” o “¡Por ahí no!” aunque suene tonto, ayuda. De este modo, ayudamos a nuestra mente a ir por el camino correcto. Cuando los problemas vuelvan a ti, recuérdale a tu mente que no es el momento. A algunas personas les va bien poner un tiempo límite para pensar sobre los problemas, por ejemplo, 10-15 minutos al día. Respetando ese tiempo y no superándolo.

Darte caprichos: eso siempre es bueno ¿o no? Pueden ser más pequeños o más grandes pero siempre te ayudaran a mimarte ¿Si no te cuidas tu… quien lo hará?


Haz cosas que te gusten: cualquier cosa viene bien para desconectar y más si te hace feliz. Leer, pasear, viajar, escuchar música, tomar el café con los amigos, organizar alguna actividad con los tuyos, etc…haz cosas que siempre quisiste hacer y nunca pudiste ¡el momento es ahora!

Utilizar técnicas de relajación: una de las cosas que a mí más me gusta hacer es escuchar música relajante, de hecho, siempre que os escribo lo hago (en Youtube hay pistas de música relajante que pueden durar hasta varias horas.Recomendable). No solo me ayuda a relajarme sino también a concentrarme más. Hay desde técnicas simples como la música, los aromas, o una ducha larga hasta las técnicas de respiración o el yoga.


Realizar actividades con amigos y familiares: son lo más importante de nuestra vida y, además, nos aportan conversaciones distintas y eso nos ayuda a estar al día de nuestras relaciones sociales.

Intentar no llevarse los problemas a casa: este es un asunto que los psicólogos tenemos que seguir a raja tabla; ¿Cómo hacerlo? Teniendo la voluntad de que: “¡no voy a permitir que esto me afecte!” y sabiendo respetar los tiempos: “Este es mi trabajo, pero ahora estoy en casa, por lo tanto, voy a disfrutar de lo que tengo y mañana será otro día”. Si, ya sé... es más fácil decirlo que hacerlo pero es todo cuestión de costumbre y práctica.

Organízate bien: no lo dejes todo para última hora que luego vienen el estrés y las prisas.

Aprender a ser agradecido: aprender a ver las cosas buenas que te ha dado la vida y no te centres tanto en las malas. Y piensa que todos los tiempos malos algún día se van.

Espero que estos consejos os hayan ayudado y recordar que los caminos para una buena vida y para encontrar la felicidad empiezan por luchar y por trabajar por lo que queremos. Difícilmente nuestros problemas se evaporaran de nuestra cabeza si no nos ponemos manos a la obra y actuamos. Solo cae del cielo la lluvia.

Nos vemos por Facebook.

"Sé fuerte. No importa por lo que estés atravesando...sé fuerte. Nada es permanente, todo es temporal. Cada cosa pasará, y en algún momento tu vida mejorará. No te deprimas, pues tú haces de tus días lo que tú quieres que sean. Aprovéchalos. Vívelos. Sonríe, vence tus temores. Llora si tienes que hacerlo, saca lo que llevas dentro. Pero jamás decaigas. Pues en esta vida no tendrás carga tan mayor que no puedas soportar"

jueves, 30 de octubre de 2014

Los duelos duelen

“Los dueles duelen y no se puede evitar que duela” así de rotundo lo afirma Jorge Bucay y es que la única manera de superar una pérdida es través de la tristeza y el dolor. No hay más, no hay trucos ni maneras de atajar. Puedo perder muchas cosas en esta vida y no es necesariamente a un ser querido; ya hablamos de que el duelo es sinónimo de pérdida (en la entrada Cuando Cupido se equivoca para verla haz clic aquí), por ejemplo, puedo perder mi estatus social, mi juventud, mi trabajo, un amor (separarme o divorciarme)… y puedo pasar un duelo igualmente porque estoy perdiendo algo que antes tenía y que ahora ya no tengo.



De todos modos, para centrarnos, voy a hablar sobre el duelo ante la pérdida de un ser querido. Cualquier persona que se encuentre ante esta situación habrá de pasar estas cuatro fases según las describió J. Bowlby:

  1. Fase de aturdimiento: es el primer shock emocional que se produce cuando nos enteramos de la noticia. El primer pensamiento es el de la negación: "¡no puede ser!" Nuestra cabeza empieza a procesar una información que le llega a borbotones y que no llegará a asentarse hasta pasadas unas horas o incluso días.
  2.  Fase de anhelo y búsqueda: la persona siente deseos de que la persona perdida vuelva pero a la misma vez esto se mezcla con la culpabilidad con  la cual responsabiliza fallecido y a otros (médicos, enfermeros…) de la situación: "porque me has abandonado", "porque me has dejado", "porque no pudieron hacer nada", "tendrían que haber hecho más"…En esta fase pueden haber pseudoalucinaciones, no nos estamos volviendo locos, podemos oír, escuchar y sentir al fallecido; no de un modo estricto, por supuesto, pero por ejemplo, podemos tener la sensación de oír abrirse la puerta a las horas en las que llegaba casa. Esto es totalmente normal y ocurre en personas sanas.
  3. Fase de desorganización y desesperanza: hay una gran tristeza y abatimiento. La persona empieza a aceptar la situación y ya no lucha. También puede que haya conductas evitativas como la de consumir drogas y alcohol.
  4. Fase de reorganización: se suele producir al año. La persona ya no quiere recuperar al ser querido. Lo seguirá recordando pero no sufriendo por ese dolor.

Es importante recalcar que el año es la clave. El primer año sin esa persona se producen todas las cosas importantes: Navidades, fiestas, aniversarios, cumpleaños…es como romper el hielo. A los seis meses del fallecimiento (medio año) la persona debe de empezar a sentirse mejor y al año haber superado la pérdida. De todos modos, esta fecha es solo una aproximación, hay gente que le cuesta un poco más ya que el duelo es algo muy personal pero este es el baremo que utilizamos los psicólogos. Cuando se pasa el año, podríamos estar hablando de duelo patológico, en el que por ejemplo, la persona se podría quedar bloqueada en una de las fases anteriores.


El duelo es un tema que da mucho de sí pero el por qué de este tema ha sido porque una lectora del blog me lo ha pedido. Cristina me preguntaba que podríamos hacer nosotros para ayudar a alguien que está pasando por una situación así y la respuesta la verdad no es fácil porque no conozco el caso en concreto aunque voy a intentar responder de una manera genérica.

Tenéis que entender que el duelo es algo muy personal, hay gente que desea hablarlo y otros que no, muchos desean hacerlo en solitario y otros en compañía, por lo tanto, no hay verdades universales sobre qué hacer. Vosotros más que yo conocéis a vuestros familiares y amigos y sabéis como abarcar los temas. De todos modos, estás son mis recomendaciones generales:

  • Invitar a hablar: ayudar a la persona a desahogarse y jamás cortar el llanto. Por ejemplo: "¡ya basta!", "¡vale de llorar!" Si la persona no quiere hablar, no insistáis.
  • No utilizar demasiadas frases hechas: siempre se nos escapa alguna pero no son muy correctas. Por ejemplo: "tienes que ser fuerte", "tienes que seguir adelante"…Si no sabes que decir, mejor no decir nada.
  • Ver las ventajas de la nueva vida: es evidente que no siempre las podremos ver, por ejemplo, es difícil para una persona que ha perdido a su hijo ver las ventajas de una nueva vida. Sin embargo, para personas con familiares enfermos durante mucho tiempo es una buena opción.
  • Servir de apoyo: a través de una llamada, haciendo un favor, invitándole a salir de casa, estando ahí...
  • Si se observa que la persona no mejora al cabo de un año, aconsejarle ayuda profesional.

La persona que está pasando por este mal momento solo quiere un acompañamiento, a veces, no es tanto lo que decimos sino lo que hacemos. La persona que esté en un duelo querrá llorar la pérdida de una manera personal y en su hogar y que estemos muy encima puede agobiar. Cuidado con eso: menos hablar y más acompañar.




Espero que os haya servido de ayuda. Nos vemos en FacebookSi queréis hacerme cualquier petición para hablar sobre algún tema lo podéis hacer ahí.

Si deseáis saber mas sobre duelo os recomiendo el libro de Jorge Bucay, El camino de las lágrimas del cual ya hable en esta entrada.



miércoles, 22 de octubre de 2014

El don del perdón

Todos nos hemos tenido que ver alguna vez en una situación personal en la tuvimos que perdonar o nos perdonaran. Las desilusiones, las decepciones, las traiciones… forman parte de la vida y unos lo llevan mejor y otros peor. 

El psicólogo J.A García Higuera expresa muy bien cómo funciona el veneno por la sed de venganza y justicia cuando alguien nos hace daño:

Cuando alguien te hace daño es como si te mordiera una serpiente. Las hay que tienen la boca grande y hacen heridas inmensas. Una vez que te ha dejado de morder, curar una mordedura así puede ser largo y difícil; pero cualquier herida se cierra finalmente. Pero el problema es mucho peor si la serpiente es venenosa y, que aunque se ha ido, te deja un veneno dentro que impide que la herida se cierre. Los venenos más comunes son el de la venganza, el del ojo por ojo y el de buscar justicia y reparación por encima de todo. El veneno puede estar actuando durante muchos años y, por eso, la herida no se cierra, el dolor no cesa durante todo ese tiempo y tu vida pierde alegría, fuerza y energía.



Más allá del concepto religioso que significa perdonar, nosotros aquí, lo trataremos como un concepto terapéutico y que nos ayuda a ser más felices. ¿Para qué sirve seguir pensando cómo me puedo vengar de Fulano? ¿Para qué seguir viviendo con esos recuerdos que solo vuelven a abrir la herida? ¿A quién quiero demostrar nada? Y sobretodo ¿Para qué? .Dicen que no hay mejor desprecio que no hacer aprecio y que las venganzas al final se vuelven en contra de aquel que las haces.

Algunos psicólogos creen que para perdonar también hay que olvidar. Algunos pensaran que estoy de guasa ya que si para muchos perdonar es difícil, olvidar ya está a otro nivel. Os entiendo perfectamente. Y ya nos os pido que olvidéis sino que hagáis el esfuerzo de perdonar y de seguir adelante. Aunque no lo creáis, no olvidar tiene una ventaja: nos ayuda a mantener la alerta y nos proviene ante posibles amenazas futuras. Ahora bien, si no olvidar implica pensar las 24 horas del día en como vengarme, seguir recordando los hechos, llorar y patalear cada vez que lo hacemos y planear el día del juicio final, estamos yendo por un mal camino.


Personalmente, pienso que lo más difícil a la hora de perdonar es hacerlo cuando esa persona no ha venido a pedirte perdón de un modo explícito y cuando parece no tener ningún remordimiento al respecto. Si han venido a pediros “perdón” alguna vez; consideraos afortunados. La palabra perdón hoy en día se utiliza de uvas a peras. Si estás dentro del grupo de los desafortunados tendrás que trabajar por ti mismo para dejarlo todo atrás sabiendo que el rencor nos lleva a la infelicidad y que quieres seguir adelante sin esa persona. Nadie merece tantas atenciones y menos una persona que te ha hecho daño.

Con el paso del tiempo, podréis o no reconciliaros con esa persona, eso es cosa de cada uno. La reconciliación no forma parte del perdón. Tener un trato cordial es una buena opción cuando la persona que os ha herido va a vuestro grupo de amigos, otra opción es mostrar indiferencia, es decir, tu por tu camino y yo por el mío siempre respetando y sin rencores de por medio. La indiferencia es una palabra dura pero a grandes males grandes soluciones .A lo que me refiero es: esa persona puede estar en vuestras vidas pero no tiene porque formar parte de ella.


No hay fórmulas mágicas; cada uno de nosotros sabe sus circunstancias personales y lo que habéis vivido, lo habéis vivido vosotros. Cada uno sabe lo que es mejor para sí mismo.




Ya no hablo de venganza ni de perdones, el olvido es la única venganza y el único perdón – Jorge Luis Borges

Perdonar es no odiar, es extinguir el rencor y los deseos de venganza. Es negarse a que el resentimiento siga echando raíces – Walter Riso

Algunas personas suelen creer que odiar a alguien que amaron es una atajo para desprenderse más rápido, nada más equivocado – Axel Ortiz

La venganza te mantiene atado al otro. Recuerda que la mejor venganza es ser feliz – Walter Riso

Aferrarse al odio es como tomar veneno y esperar que la otra persona muera - Buda


miércoles, 15 de octubre de 2014

Caer...como las hojas de los árboles

Siempre que llega el otoño nos sentimos más decaídos no solo porque el verano se ha ido y tenemos que volver a nuestra vida habitual, sino también, porque tenemos que hacer frente de nuevo a la rutina y al cambio de hora. En otoño los días se vuelven más cortos y las risas y los chapuzones del verano se quedan como un eco en nuestras memorias.

Hay personas a las que el otoño y el invierno les afecta más, precisamente, por ese cambio de hora y esas horas menos de luz solar. Según el psicólogo Rafael Santandreu, es una temporada mala para las personas con tendencia depresiva ya que el tiempo estacional agrava sus síntomas e invita a que nos encerremos en nuestras casas. En España, este cambio estacional, suele ser más brusco: pasamos de estar en bikini a ponernos la bufanda en poco tiempo de asimilación ya que hay un fuerte cambio en el mes de septiembre y octubre.

En psicología se acuñó a este término como trastorno afectivo estacional (TAE).



Que el tiempo afecta en el estado de ánimo no es ningún secreto, es bien sabido, que en los países donde hay menos cantidad de luz solar, hay mayor probabilidad de suicido(para saber más sobre el suicidio pinchar aquí) . Algunos de sus síntomas son: tristeza, mayor cantidad de sueño y apetito, menos energía y capacidad de concentrarse así como pérdida de interés en actividades.

La mayoría de personas suelen adaptarse bien a los cambios del tiempo pero hay un porcentaje de personas que responde al trastorno afectivo estacional. De todos modos, hay una serie de consejos sencillos que todos podemos seguir si nos sentimos más decaídos:
  • Dormir lo necesario.
  • Hacer ejercicio
  • Seguir una dieta saludable
  • No consumir alcohol ya que este es un depresivo (Si...es un depresivo)
  • Buscar actividades placenteras

Estos consejos parecen básicos y sencillos, nada del otro mundo, lo mismo de siempre. De todos modos, hay que asegurarse de que lo estamos haciendo bien y de que si así no mejoro debo de pedir ayuda profesional.


De cualquier manera, siempre he pensado que todos tendemos un poco al decaimiento en otoño/invierno y es que son muchas cosas las que afectan: la menor cantidad de luz solar, el cambio de temperatura, el cambio de vestimenta que tiende a colores oscuros, la menor cantidad de actividades en el aire libre, el contraste de  tranquilidad del invierno con el ajetreo del verano (en verano todos los findes los tenemos completos lo que nos distrae más), la vuelta a la rutina y a los horarios estrictos, etc…Ya veis, parece que nuestro estado de ánimo decae a medida que lo hacen las hojas de los árboles.

Sentirse un poco decaído y tristón entra dentro de la normalidad. Aunque hay que tener cuidado porque el trastorno afectivo estacional nos puede afectar a todos y lo que parece una temporada mala convertirse en algo más.


Espero que os haya gustado. Nos vemos por Facebook.

Y sobre todo, feliz otoño.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Campanilla VS Wendy (J.M Barrie II)

(Nota: podéis ver la primera parte de esta entrada pinchando aquí)

En la obra de Peter Pan, Wendy y Campanilla siempre estaban a la gresca y es que más diferentes no podían ser. La una competía contra la otra, las dos a su manera, por las atenciones de Peter. La ficción toma tintes de realidad cuando aparecen en el mundo de la psicología dos nuevos síndromes: el de Campanilla y el de Wendy. J.M Barrie, jamás podría haber imaginado no solo que llegaran a ser síndromes sino que representarían el arquetipo femenino en la actualidad.


Por un lado tenemos a Wendy. Wendy, en el cuento, es una niña preocupado por sus hermanos y por los niños perdidos, además, toda una madraza que les cuenta cuentos. El  síndrome de Wendy no se aleja demasiado de la ficción. Se da, normalmente, en mujeres que actúan como madres con sus seres queridos. Pretenden satisfacer siempre a los demás antes que a ellas mismas porque tienen miedo al rechazo y crean una excesiva sobreprotección con su gente más cercana. Se preocupan tanto por la vida de los demás que dejan a un lado la suya por lo que crean un estado de dependencia hacia los otros.



¿Por qué se puede dar un síndrome de Wendy? Se puede producir cuando una persona, por circunstancias, se ha tenido que hacer mayor muy rápidamente y ocupar roles que antes no tenía. Por ejemplo, se puede dar el caso en que una madre de familia fallezca y en el que una de sus hijas tenga que ocupar su lugar. También se puede producir cuando la persona siente que no ha tenido suficiente protección en la infancia. Todos estos “traumas” se traducirían en el síndrome de Wendy en la vida adulta.

Por otro lado tenemos a Campanilla. Toda mona ella y con ese carácter que tiene que no le cabe en ese cuerpecito tan pequeñito. Ella es muy hecha pa´lante pero también vengativa y celosa. De vuelta al mundo real, los datos nos revelan que hay cada vez más Campanillas y que la cosa va en aumento. Las mujeres con este síndrome son perfeccionistas, destacan en su trabajo, son competentes y ocupan puestos de alta responsabilidad, hasta aquí todo bien pero… esperar que viene la segunda parte. Las Campanillas atraen a los hombres con su tintineo y su luz mágica pero no formalizan nada porque tienen miedo al compromiso, en definitiva, tienen una vida afectiva desastrosa. Creen que los hombres no están a su altura y que amar es un síntoma de debilidad. Saben controlar muy bien sus emociones y estar a la deriva del amor les hace estar inseguras. A pesar de todo, tienden al enfado, a la cólera y sienten una gran tristeza por todo ello.



¿Por qué se puede dar un síndrome de Campanilla? En realidad, las Campanillas son como niñas que han tenido relaciones negativas con su padre y que han generalizado esa relación a todos los hombres. En otras ocasiones, puede que Campanilla haya tenido que rivalizar con algún hermano o incluso con la pareja afectiva de su padre, con la finalidad de que se le prestara más atención.

En realidad, tanto las Campanillas como las Wendys son mujeres que no han recibido en su infancia el amor que ellas esperaban y, como resultado, en su vida adulta tampoco han sabido gestionar relaciones afectivas sanas y han derivado en un síndrome. Poneros en manos expertas si os estáis viendo identificadas porque tiene solución.

Espero que os haya gustado. Nos vemos por Facebook. 

Ella me digo que amar era sufrir, yo la miré y le dije que sufriría por ella - Peter Pan


miércoles, 17 de septiembre de 2014

¿Tres son multitud?

Últimamente los triángulos amorosos están de moda. Yo creo que es una tendencia que surgió a partir de ciertos libros de juvenil-romántica y que luego se ha trasladado a las series y al cine, por ejemplo, ahora mismo me vienen varios triángulos a la cabeza: Edward-Bella-Jacob en Crepúsculo, Peeta-Katniss-Galé en Los juegos del hambre, Alberto-Virginia-Juan de la serie recién estrenada y española Hermanos, Stefan-Elena-Damon en Crónicas vampíricas…y así hay algunas más. Parece ser que la clave del éxito de una serie o una película es que haya un triángulo amoroso de por medio.

El triángulo amoroso creado por Stephanie Meyer autora de Crepúsculo ha sido el más sonado y a partir de este boom surgieron unos cuantos más.
Ahora bien, ¿Puede ocurrir en la vida real que ame a dos personas la vez? Según el autor Walter riso,del cual ya he hablado en otras entradas, (para verlas pincha aquí y aquí) la contestación sería un rotundo SI. El autor no solo se queda ahí sino que asegura que se puede amar ¡hasta a tres personas a la vez!. Sus ideas se centran en que el amor tiene tres componentes:

1) Eros: simbolizaría la sexualidad y el erotismo
2) Philia: supondría la amistad y la comunicación
3) Agape: sería la ternura y el cuidado


¿Qué es lo que sucede? que en ocasiones, estos tres componentes, se pueden fragmentar hasta en tres personas distintas, es decir, uno/a me puede hacer sentir genial en la cama, otro/a darme la amistad que necesito y el/la que queda darme amor y cariño. Normalmente, cuando nos enamoramos aglutinamos estos tres conceptos en una sola persona pero, a veces, se complica la cosa.

Si para la persona que ama a otras dos es complicado, imagínate si amas a tres. La persona que esté pasando por este problema va a tener que aclarar sus ideas con la ayuda de terapia ya que es una cuestión que hay que trabajar. Por ejemplo, puedes estar metido/a en ese triángulo porque en el fondo no quieres a ninguno, porque eres indeciso/a y te falta seguridad, porque tienes carencias que intentas “tapar” y que tus enamorados/as pueden suplir (cada uno de ellos podría tapar una carencia), etc...

Cuando alguien tiene un compromiso con otra persona (noviazgo o matrimonio) y tiene una segunda relación sentimental también puede ocurrir que se forme un triángulo. La persona elige otra relación porque busca algo pasajero, pero al final, cae en la trampa. Tengo que explicar que esto es ligeramente distinto a un triángulo amoroso: una infidelidad solo busca encontrar una relación pasajera, que tú te enamoras por el camino, ya es otra cosa. Un triángulo no busca nada, simplemente se da.



Puede que no sepas que tu enamorado/a tenga a otros en su corazón pero si eres el amante que sabe la realidad de lo que hay, te aconsejo que dejes esa relación cuanto antes. Yo pienso que es un devalúo personal ser el segundo y que todos merecemos un amor íntegro solo para nosotros. Este tipo de relaciones suelen ser tóxicas y terminan agotando así que hazte de respetar. 

De todos modos, para tranquilizar a las masas, debo de decir que jamás me he encontrado ni personalmente( yo misma, amistades o conocidos) ni profesionalmente en una situación así. Con esta entrada solo quería aclarar algunas dudas al respecto y dar a conocer que esta situación puede pasar.

¡Espero que os haya gustado y os veo en Facebook!

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Se ha dicho...



Lo que la autora ha dicho de mí, de este blog y de la entrada dedicada a su libro ¡Soy más lista que el hambre! para verla haz clic aquí



Mis emociones me comen

Hoy os quiero hablar de un libro fantástico que leí hace tiempo y que me enseñó grandes cosas: ¡Soy más lista que el hambre! de Eva Campos Navarro (ya hablé de ella en la entrada "Las neuras veraniegas" para verlo haz clic aquí)

Lo recomiendo para todas aquellas personas que han hecho dieta mil veces pero que han vuelto su peso normal, también para todos aquellos que creen tener una mala relación con la comida (luego hablaremos de ello), para todos aquellos que creen que lo han intentado todo, ¡pues no!, todavía os quedaba por leer este libro el cual, yo creo, que es clave para volverse a relacionar bien con la comida. Es un libro imprescindible sobre todo si vas a empezar una dieta hoy mismo.


Eva Campos Navarro que es coaching, psicóloga y autora del libro fue una mujer con problemas de obesidad (perdió 70 kilos) que consiguió adelgazar gracias al esfuerzo, al cambio de hábitos, al control de sus emociones, cambiando su relación con la comida y desbloqueando su cuerpo de manera definitiva.

Que las dietas no suelen funcionar es algo que sabemos todos. El problema de todas ellas es que se centran en un objetivo principal: perder peso; y a la hora de la verdad, adelgazar es más bien un camino que hay que trazar y trabajar así como un esfuerzo mental y psicológico.

Todos sabemos que nuestras emociones nos afectan, eso es así, y que muchos de nosotros ahogamos nuestras penas en la comida. Comer es mucho más fácil que analizar mi situación personal y pensar sobre qué me ha pasado en el día de hoy para que este así. Resultado: al final del día me acabo sintiendo peor de lo que estaba, no solo por la emoción que arrastraba sino porque además “soy un gordo/a que no para de comer”. Y tenéis que saber, a partir de ya, que esto es un comportamiento autodestructivo.

Es típico ver en series y películas americanas como ahogan sus penas con la comida( sobre todo con los tarros de helado). Bridget Jones es un ejemplo claro de una persona que tiene una relación insana con la comida.

Según la psicología de la nutrición, el estómago sería como un segundo cerebro que se activaría tanto con emociones positivas como negativas. Por ejemplo: el dulce suele enmascarar la tristeza ya que activa los niveles de serotonina (hormona del buen humor) y si comes más comida hipercalórica es porque las grasas te ayudan a disminuir el estrés.
La idea principal de la autora es que tomemos conciencia sobre cuál es nuestro comportamiento insano con la comida y porque tenemos esos kilos de más. ¿Qué es lo que esos kilos dirían si pudieran hablar? .Recordar que cuando somos conscientes de algo y admitimos que tenemos un problema es cuando lo podemos empezar a cambiar. Por lo tanto, si detecto que como por aburrimiento, que como en exceso, que como deprisa, que como sin hambre, que pico entre horas, que como mucha bollería en el desayuno, que tomo una cerveza al día(o varias), etc…podré modificar mi comportamiento porque estaré siendo consciente. Darse cuenta y frenar a tiempo hará que con el tiempo no repitas esa mala conducta.

Este no es una cosa de un día para otro. Averiguar si tenemos un duelo no superado, carencias afectivas, inseguridades…o incluso, en el fondo y oculto, el deseo de no querer cambiar; es un trabajo que cuesta su tiempo. Hay que analizar porque nos escondemos en esos kilos de más y porque no dejamos salir a nuestro verdadero yo.



A través de este post no quiero hacer alegoría a las dietas sino más bien haceros reflexionar sobre un problema real que tienen millones de personas y que la persona que lo tenga tiene que frenar y preguntarse: “¿Qué me pasa?”. Si quiere cambiar y cambiarse deberá contestar a esta pregunta y trabajar con el problema. Mi consejo es que te tomes tu tiempo.


En ¡Soy más lista que el hambre!, Eva nos da las claves así como ejercicios para desbloquear nuestra mente y ayudarnos en el camino para perder esos kilos de más.

A veces, la guerra contra los kilos de más no es sino una cortina de humo para no lidiar contra nosotros mismos.

Eva Campos Navarro





miércoles, 3 de septiembre de 2014

El menos es más.

A veces me pongo a pensar y creo que hemos vivido en un mundo demasiado materialista.

Quiero hablar en pasado y pensar que esto va a cambiar. Siento que si algo bueno nos ha traído la crisis es que ha puesto las cosas en su lugar, en donde tenían que haber estado siempre y que poco a poco todo vuelve a su estado natural. Y es que habíamos llegado a unos puntos en que todo se veía como normal, en resumen, todos éramos ricos. Falsos ricos.


No me voy a poner a discutir sobre quien gastó ese dinero, quien engañó a quien, quien fue un imprudente, sobretodo, porque creo que de un modo u otro todos fuimos culpables. En la burbuja se vivía muy bien (no nos engañemos) pero la burbuja estalló porque una burbuja es frágil de por sí.

De todos modos, no quiero escribir sobre la crisis ni dar más vueltas al asunto (ya que estoy segura de que vosotros le habréis dado tantas como yo, además, tampoco solucionamos nada). Quiero hacer un análisis de todo aquello que compramos, gastamos y malgastamos gracias a la parte negativa y materialista de vivir en esa burbuja.

Y es que todos vivíamos por encima de nuestras posibilidades: no se analizaba lo que se necesitaba, muchas veces se compraban cosas para fardar y se pedían préstamos como si de churros se tratara. Después de este párrafo solo me sale decir: perdimos el valor de las cosas.


Los psicólogos sabemos una cosa que hoy os quiero compartir: podemos ser felices siempre que nuestras necesidades básicas estén cubiertas, por ejemplo, agua, techo o comida. Con eso quiero decir que es difícil alcanzar la felicidad viviendo en la pobreza extrema, pero que cualquier familia puede ser feliz con un sueldo normal y una estabilidad económica. Todo lo demás puede ser considerado capricho y, a veces, exceso.

Todo el mundo podemos ser felices con lo que tenemos, de hecho, lo que nos hace más felices son las pequeñas cosas. Por ejemplo a mí me gusta el color azul, el placer de comer un pedacito de chocolate, el olor a lluvia, leer, arreglarme cuando tengo que salir, escuchar música relajante, ayudar a las personas, sentirme valorada y querida, enseñar a los demás todo lo que sé, tener estabilidad emocional…¡y es todo gratis! Ya os lo decía yo: el menos es más.




Está muy bien darse un capricho de vez en cuando ya que cuidarse y mimarse a uno mismo es esencial pero hay que hacerlo con cabeza. Hay muchas pequeñas cosas que nos hacen felices y que cuestan muy poco.

Si está reflexión os ayuda a entender que con poco tenemos mucho le habremos ganado la batalla, un poquito más, a la crisis.


Buscamos la felicidad, pero sin saber dónde, como los borrachos buscan su casa, sabiendo que tienen una. Voltaire.

viernes, 7 de marzo de 2014

En clave de seis

Existen seis emociones básicas que toda la humanidad posee y que son universales. Los expertos aseguran que el patrón expresivo, así como el perfil de respuesta fisiológica y la valoración de la misma, son igual en todos los continentes y por eso se les llama emociones básicas.

Eckman clasificó las seis emociones que el consideró como universales
Pero, ¿cuáles son estas emociones básicas y cuáles son las características de cada una?

1. MIEDO

Es la emoción que sentimos cuando experimentamos un peligro, ya sea real o imaginario, y está muy ligado a aquello que la desencadena. Hay muchos tipos de miedo, por ejemplo podemos tener miedo a la oscuridad (concepto abstracto), también podemos tener miedo a las serpientes (animales) o a la guerra (individuos de la misma especie).
Cuando tengo miedo de algo/alguien es porque temo perder algo importante, y por lo tanto, me siento inseguro. ¿Qué haré? Probablemente lo evitaré y escaparé. No obstante, también tendremos la opción de hacerle frente de un modo pasivo, intentando pasar desapercibidos. Muy inteligente por nuestra parte.
El miedo es una de las emociones más intensas y desagradables, solo hay que hablar con alguna persona que tenga una fobia. Aun así, el miedo, como emoción básica, tiene sus ventajas para la humanidad ya que activa el instinto de supervivencia.

2TRISTEZA


Es una emoción negativa que provoca en la persona una sensación de pérdida o de fracaso. Puede ser algo real o probable y la persona siente que está perdiendo algo. Es una experiencia muy personal y puede ser pasada, presente y futura. Me puedo poner tristescuando recuerdo momentos que viví con mis abuelos, puedo estar triste hoy porque un gran amigo mío me ha decepcionado y puedo estar triste si pienso que el futuro no me deparará nada bueno.

La tristeza es un proceso muy relacionado con la depresión (para más información ver la entrada La vida en escala de grises) y, por lo tanto, es muy personal. Ya hablamos de que lo que te puede poner triste a ti, no tiene porque ponerme triste a mí y esto tendrá mucho que ver con la influencia social, la cultura, la moral y la religión de cada uno.
Aun así, y aunque no os lo creáis, la tristeza tiene cosas positivas: petición de ayuda al grupo social como cuando lloramos frente a otros, nos empuja a la reflexión, como cuando pensamos cómo reorganizar nuestras vidas cuando perdemos a un ser querido y nos da tendencia hacia la acción, sobre todo cuando ya se ha superado la tristeza.

3. ALEGRÍA
Emoción positiva que está relacionada con la aproximación a alguna meta valiosa, así como la constatación de que algo negativo comienza a desaparecer. Produce una sensación de bienestar general, fomenta las relaciones interpersonales y la adaptación, elimina la conducta de agresión y tiene efectos opuestos al estrés.
De la alegría, poco os puedo decir que vosotros no sepáis.


4.IRA

Emoción negativa que nos llena de indignación y rabia y que está provocada por una ofensa hacia mí mismo o hacia nuestros seres queridos que provoca odio y venganza. Hay muchos motivos que pueden provocar ira en las personas, pero los más comunes son la traición, el engaño, las injusticias y la frustración. Puedo sentir ira cuando yo he trabajado más que mi compañero pero él se ha llevado el ascenso, también cuando mi pareja me ha sido infiel o cuando veo que los políticos siguen siendo igual de corruptos que siempre. No obstante, la ira suele dar paso a la tristeza, de hecho, siempre se ha dicho que la tristeza y la ira siempre van cogidas de la mano, que una es la sombra de la otra.
Muchas veces la ira está relacionada con la agresión, pero lo cierto es que la ira tiene tres formas de afrontamiento: supresión, expresión y control. Por lo que, no tiene por qué terminar en violencia. De hecho, la forma de expresión puede ser verbal y no física.
También tiene funciones positivas como la defensa hacia uno mismo y la protección de nuestras creencias, juicios y valores, así como la de prepararnos para la acción.

5.ASCO
Emoción negativa que se produce cuando algo nos provoca repugnancia, por ejemplo puede ser algún olor, alimento, bebida, personas, animales, alguna conducta que pueda ir en contra de mis principios y creencias morales, religiosas y culturales y el contacto físico con elementos desagradables.
Por ejemplo, me puede dar asco el olor a excremento, puedo odiar comer un plato de callos, también el olor corporal de algún compañero de gimnasio, las conductas sexuales inapropiadas como las de pederastia, ver un cuerpo quemado o la amputación de algún miembro corporal y el contacto con los muertos.
La respuesta más típica del asco es la náusea y la función más importante que tiene es la de proteger al organismo.

6.SORPRESA

Corto estado de ánimo en el que nos sucede algo inesperado. Ese algo inesperado puede ser bueno, malo o neutral. Por ejemplo, me puedo sorprender cuando me dan una buena noticia que no esperaba (sorpresa positiva), también me puedo sorprender cuando me dan un susto(sorpresa neutral) y también me puedo sorprender cuando pensaba que hoy tenía un examen de esta materia pero he estudiado para otra(sorpresa negativa)

Estás son las emociones básicas que actualmente los psicólogos creemos que existen y las cuales derivarían en otro tipo de sentimientos. Este tema está siempre en continuo debate por lo que quizás dentro de un tiempo puedan descubrir nuevas emociones o eliminar alguna de las que ya hay, ya que muchos psicólogos no están de acuerdo con esta clasificación, pero por el momento, son las que son.

¿Creéis que hay más emociones?¿Os habéis sorprendido de que tan solo hayan seis?¿Creéis que se han dejado alguna?

Podéis dejarme vuestros comentarios por aquí o nos vemos por Facebook.

¡Saludos!

domingo, 23 de febrero de 2014

Piénsame, piénsame mucho...

Cuando una amiga me habló del concepto «infidelidad mental», me quedé un tanto aturdida ya que nunca había oído hablar de él. Me dijo que le resultaría interesante que hablara del tema en mi blog, por lo que me he puesto manos a la obra y me he documentado para escribir esta entrada.





La infidelidad mental es mucho más que una fantasía sexual ya que es más bien un engaño de tipo emocional. A veces, las parejas inmersas en una relación formal duradera se enfrentan a crisis, aburrimiento o atracciones pasajeras. Hay que entender que aun teniendo pareja, seguimos teniendo ojos y una persona no deja de parecernos guapo/a o atractivo/a por nuestra condición sentimental.

La situación empieza a ser conflictiva cuando rechazo los encuentros sexuales con mi pareja, quizás porque ya no me apetece, quizás porque tengo en mente a otra persona y mi conciencia no me lo permite.

Otro de los síntomas que pueden indicar que existe un problema es la comparación constante de mi pareja formal con la persona deseada. ¿Qué tiene o no tiene Pablo que me podría dar Juan? ¿Qué cosa de María odio y Ana no tiene? Si me permitís, añadiré que nuestra imaginación siempre suele ser mejor que la realidad y que, como dice la frase, «las comparaciones son odiosas». Asimismo, es odioso hablar de las personas como si estuviéramos hablando de un producto de compra-venta, y tuviéramos que comparar que cosa es mejor y cual es peor.

Querer pasar más tiempo con la persona deseada y buscar motivos para verla podría ser otra pista de que existe un engaño emocional. Puedo querer pasar más tiempo con una persona porque me siento a gusto con ella, pero… ¿buscar motivos para verla? Sin duda, esto podría significar que la persona nos empieza a gustar de verdad.

Si durante estos encuentros empiezo a expresar mis emociones y pensamientos más íntimos, cosa que antes solo compartía con mi pareja y empiezo a pensar demasiado en esa persona, quizás debería plantearme que, en efecto, he traspasado la línea.

De todas formas y obviando todo lo anterior, creo que cuando una persona está enamorada de otra, lo sabe… Como diría Walter Riso:Cuando una persona está enamorada lo sabe, lo siente, lo vive en cada pulsación, porque el organismo se encarga de avisarle. El amor llega como un huracán que rompe todo a su paso.

Si alguna vez nos encontramos en una situación así tenemos que frenar y pensar antes de decidir nada. No nos precipitemos, no vaya a ser que luego nos arrepintamos... Es importante valorar si lo que tengo en mi cabecita pensante son solo ideales o fantasías que están en mi mente o si, de lo contrario, se han vuelto en algo más real; si esas ideas son cotidianas y están tomando raíces en mí en forma de amor.


En otras situaciones, puede que esté pasando por una fuerte crisis de pareja o quizás un estancamiento/aburrimiento y esté infravalorando a mi pareja y exaltando a todos los demás.

Sea como sea, yo pienso que si hay un engaño emocional hay una «señal». Señal de que algo no va como iba, señal de que tengo que darle chispa a la relación, señal de que quizás ya no te quiero…

La cuestión entra en debate cuando nos preguntamos: « ¿el engaño emocional se podría considerar infidelidad?, ¿existe como tal la infidelidad emocional?». Os invito a que me deis vuestras opiniones bien a través de mi blog o bien a través de Facebook.


Esto ya es un tema personal, pero desde mi parecer, si no hay sexo físico no hay infidelidad. Puedo estar pensando en otra persona. Sí. No obstante quizás sea una atracción pasajera o un lapsus porque mi pareja está en crisis. Una vez pasado este mal trago, puedo volver a la normalidad con mi pareja y que todo siga como antes. Será cuestión tuya el querer contarle a tu pareja lo ocurrido, o no.

Como ya he dicho antes, cuando estás enamorado lo sabes y lo sientes. Como también sabes y sientes lo que es una simple atracción. Y si no lo sabes, te doy un último consejo: déjate llevar por la intuición, que a veces es muy sabia.


¡Espero vuestros comentarios!