SOBRE MI

Soy una joven psicóloga y psicogerontóloga de 25 años que pretende invitaros a la reflexión. Actualmente doy conferencias para varias asociaciones locales y me sigo formando y actualizando a la espera de que algún día encuentre un buen trabajo.

martes, 16 de abril de 2013

Felicidad, vete tú a saber dónde te metes (FELICIDAD II)

(Nota: es indispensable leer la entrada de FELICIDAD I para poder entender al completo esta nueva entrada pero si lo quieres hacer haz clic aquí)

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La semana pasada hablamos de que el poder de la felicidad lo tenemos en nuestras manos, solo hay que saber utilizar diez truquitos que el autor Adam. J. Jackson nos da a conocer a través de su libro Los 10 secretos de la abundante felicidad.


Muchos os diréis: «tan simple no puede ser». ¡Así de sencillo señores! Nos empeñamos en encontrar la felicidad en direcciones equivocadas como en la búsqueda de lo material, y claro, de este modo se nos escapa.

En la anterior entrada describí las diez claves, me gustaría que las repasarais. En esta nueva entrada solo hablaré de las claves que resultan más complejas de lograr y os abriré el camino para llegar a ellas. Como caminantes, seguir el paso o abandonarlo es una decisión vuestra… Empezamos:


Con respecto a la clave 1: ¿Qué puedo hacer para cambiar mi actitud? 

Todo en esta vida tiene su lado oscuro y su lado soleado, y aunque automáticamente nuestro cerebro tiende hacia la negatividad, recordad que esto lo hemos aprendido de la sociedad y del aprendizaje erróneo que nos han dado en nuestras familias, de hecho, me atrevo a decir que la mayoría de patologías actuales son producto de miedos, ansiedades, frustraciones, etc., que nuestros propios seres queridos nos han transmitido. La realidad es que todo lo que se aprende se puede desaprender.
Y entender esto es básico en la vida porque esta idea es tan potente que para la psicología actual es como una religión. En definitiva, la conocida frase «malpiensa y acertarás», por mí, la podéis tirar a la basura. El autor asegura que en cualquier situación estresante nos podemos hacer tres preguntas

  1. ¿Qué hay de bueno? O ¿Qué podría haber de bueno?
  2. ¿Qué es lo que todavía no es perfecto?
  3. ¿Qué puedo hacer para remediar la situación, pasándolo bien mientras tanto?


Hacerse estas preguntas aliviará la situación y ayudará a sobrellevarla de la mejor manera posible. Recordad que nuestros pensamientos son los que nos producen malestar y NO nuestras emociones, como suele creer todo el mundo. El pensamiento es el que desencadena una emoción, por lo tanto, si cambio mi pensamiento cambiaré mi emoción. Ahora bien, lo que uno quiere, a uno le cuesta. El pensamiento siempre tenderá hacia el negativismo si esa siempre ha sido nuestra manera de proceder. Para que el pensamiento positivo se automatice hay que darle tiempo y caña; no vayamos a pretender que automáticamente seamos las personas más positivas del mundo cuando durante todos estos últimos años de mi vida no lo he sido. Cuanta más constancia tengamos con el pensamiento positivo, a diario y no solo en ciertas situaciones, la cosa irá mucho mejor. Esto es como el estudiante que durante el curso a través de la voluntad hace sus ejercicios y lo lleva todo al día para que cuando llegue a final de curso obtenga un aprobado sin necesidad de sobresaltos.

Mis pensamientos son los que me hacen sentirme feliz o desgraciado, no mis circunstancias. Controlo mis pensamientos, por lo tanto, controlo mi felicidad. - Adam. J. Jackson

Con respecto a la clave 4 ¿Y qué hago si no me quiero? ¿Qué hago si no me gusto? 



Olvidaos de patrañas pamplineras y trabajad en reforzar vuestra autoestima. Todo el mundo tiene defectos y virtudes y no hay que luchar contra eso, sino aceptarlo de la mejor manera posible y pensar que la perfección no existe. La persona que tiene una alta autoestima (que no narcisismo) se quiere y se acepta con sus defectos y sus virtudes. El aspecto físico no lo es todo, es mucho más importante ser fiel a uno mismo, sentirse feliz con lo que uno tiene y mejorar cada día como persona. Es difícil aceptar esta última idea porque vivimos en un mundo en el que mantener un buen aspecto físico es una de las cosas más importantes y la presión social que hay al respecto, creo yo, es exagerada y obsesiva. 

Ser solo tú mismo, en un mundo que hace lo posible, noche y día, para hacerte semejante a los demás, significa librar la batalla más difícil que cualquier ser humano pueda librar - E.E Cummings

Quien no encaja en el mundo, está cerca de encontrarse a sí mismo - Herman Hesse

Haz deporte y dieta si es que lo deseas. Está bien cuidarse, está bien mimarse, está bien quererse, pero nunca obsesionarse al respecto. Obsesionarse es priorizar. Priorizar estar delgada, priorizar estar musculoso, priorizar parecerse a tal persona, compararme constantemente… Estas ideas nos denigran como personas y nos hacen ver que la baja autoestima es una plaga que no se erradicará si no cambiamos nuestra actitud y no desde dentro, sino desde fuera. La personalidad prevalece, sé fiel a ti mismo porque es tu marca de nacimiento, aquello que te hace único. El físico se va. Hay que trabajar desde dentro y no desde fuera. La base, el problema de autoestima, seguirá estando siempre.

El autor dice que para vencer los complejos y las creencias negativas sobre mí mismo y crearme una imagen positiva debo:

  • Antes que nada, averiguar cómo se forjó esa imagen y si es o no cierta. Los psicólogos no terminamos de ponernos de acuerdo sobre cómo se crea la autoestima. Unos dicen que nacemos con ella, que es imposible de cambiar absolutamente, y otros dicen que se crea y que, por lo tanto, se puede cambiar. En mi opinión, es un cóctel entre lo que yo creo de mi mismo y lo que los otros creen. El problema es que, en ocasiones, le damos demasiada importancia lo que opinan los demás y olvidamos lo que yo creo de mi mismo. Por eso, hay que averiguar si esa imagen que yo tengo de mi mismo es cierta y si me quedo como estoy o decido cambiar algo. O si no cambiarlo del todo, quizás modificarlo.
  • Hacerse afirmaciones positivas cada día de cómo quiero ser.
  • Actuar como me gustaría ser. Por ejemplo: «Mar, siento que soy demasiado impulsivo, y claro, luego me arrepiento de lo que digo/hago y esto me crea problemas». Una buena idea sería contar hasta diez antes de decir/hacer algo o incluso pensarlo para ti mismo y luego decidir si lo haces/expresas o no. También se me ocurre, preguntarte si te ofendería que te hicieran/dijeran lo que tú vas a hacer/expresar (empatía).
  • Preguntarme qué es lo que me gusta de mí mismo y, por supuesto, potenciarlo. NO potenciar el lado negativo, no, eso ya lo hemos hecho bastante. El mundo ya es demasiado negativo como para hundirnos con él.

Amarse a sí mismo es el comienzo de una aventura que dura toda la vida - Oscar Wilde.

Con respecto a la clave 5 ¿Cómo creo metas y no me canso en el intento? 


Es importante que no olvidemos nuestras metas y que no nos perdamos en el intento. Las metas se pueden modificar, revisar e incluso olvidar si consideramos que nuestras ideas con respecto a esa meta han cambiado. Las circunstancias personales cambian y podemos vernos en situaciones límite a la hora de llevarlas a cabo. Hay que ser realista (que no negativo) y ponernos una meta objetiva. Hay gente que cree que «el que la sigue la consigue». Bien, esto lo podríamos discutir. Perder tiempo y esfuerzos en algo que no es realista NO vale la pena. No se le puede pedir a un mal estudiante que de la noche a la mañana saque sobresalientes, pero sí se le puede animar para que pase de un cinco a un seis, luego a un siete, y así sucesivamente. Hay que tener en cuenta las limitaciones y las expectativas también. Si logramos que el alumno se mantenga en un siete u ocho, podemos darnos por contentos. Hasta que, que con el paso del tiempo, le pille el truquillo al asunto y, solo entonces, vaya a por el sobresaliente. ¿Lo veis? Son expectativas realistas las que al final nos han llevado a la meta.


El autor cree que una buena manera de fijarnos una meta es escribirla en un papel y leerla a diario al despertar, en algún momento del día y al irnos a dormir. Esta es una manera de no olvidar las metas y de ser insistente. Es importante que a lo largo de este proceso, revisemos las metas y veamos si es necesario seguir con ellas y si los pasos están siendo los adecuados.

Con respecto a la clave 6 ¿Qué puedo hacer para tener un poco más de humor ante la vida? 

Hay que intentar buscar el lado gracioso de las cosas. Yo sé que esto es complicado, sobre todo para mí, que me considero bastante seria. Pero claro, me pongo a pensar y creo que no es tanto ponerse a contar chistes o ser el centro del guateque, sino no tomarse la vida tan en serio y sacar algo gracioso de una mala situación.

Adam J. Jackson propone una fórmula anti-estrés que consiste en dos pasos:

1)      No preocuparse por las pequeñas cosas.
2)      Recordar que la mayoría de las cosas son pequeñas.

Está claro que esta fórmula no se podrá seguir en todas las situaciones, no os voy a prometer el oro y el moro como en muchos libros de autoayuda. Por ejemplo, será difícil mantener esta premisa cuando hemos perdido a algún ser querido o cuando nos dan un diagnóstico de enfermedad grave. No solo es difícil. Sería completamente disfuncional reírse de la situación. Pero el autor tiene razón al asegurar que la MAYORÍA de las cosas son pequeñas y que en nuestra vida diaria no siempre fallece alguien ni nos dan comunicados de malas noticias.

Con esta entrada, cierro el capítulo de felicidad. Espero que estas diez claves os permitan ser más felices y haceros entender que la felicidad está dentro de nosotros y no en aspectos externos o físicos, como se suele creer.

Muchas personas consumen su vida entera buscando la felicidad sin encontrarla nunca, simplemente porque no miran en el lugar adecuado. Nunca podrás ver una puesta de sol si estás mirando hacia el Este y nunca encontrarás la felicidad si la buscas entre las cosas que te rodean… La felicidad no depende de lo que cambies en tu vida… Salvo que te cambies a ti mismo - Adam. J. Jackson