SOBRE MI

Soy una joven psicóloga y psicogerontóloga de 25 años que pretende invitaros a la reflexión. Actualmente doy conferencias para varias asociaciones locales y me sigo formando y actualizando a la espera de que algún día encuentre un buen trabajo.

domingo, 23 de junio de 2013

Las neuras veraniegas

Cada año que se termina la Pascua e iniciamos el mes de abril, algo se activa en nosotros que nos hace ver el inicio del verano y nos decimos: « ¡Espabílate, espabílate!  Hay que empezar con la operación bikini». 



Sin ir más lejos, en el mes de abril vi varios carteles en un gimnasio de Barcelona que decían lo siguiente: «Queda un mes para el verano». La idea, evidentemente, era muy clara: « ¡apúntate a nuestro gimnasio y estarás fabuloso para el verano!». Es una idea llamativa y con mucho gancho que busca lo que quiere el marketing: ganar adeptos.


El verano es sinónimo de pánico para muchas personas. Es una época en la que nos olvidamos de los jerséis del invierno y en la que hay que enseñar más chicha. Es entonces cuando uno se empieza a ver mal: «me sobra de aquí, me sobra de allí, si tan solo me quitará unos kilitos de encima…». Inevitablemente el verano se suele convertir en un suplicio para aquellas personas que sufren de baja autoestima o no se aceptan físicamente. Por si esto no fuera poco, siempre están los helados, los granizados, se hacen más cenas y comidas, que si las vacaciones, que si salgo más de fiesta… En esta estación siempre se socializa más y acabamos terminando el verano, en ocasiones, con peor autoestima que a principios de junio. La psicóloga y coaching (que no dietista) Eva Campos Navarro que está especializada en estos temas y es autora del libro ¡Soy más lista que el hambre! (puedes leer la entrada dedicada a este libro haciendo clic aqui), dice en su blog algo en lo que no puedo estar más de acuerdo:
Hay un círculo vicioso muy común:
Tras el verano, me siento fatal porque he engordado y me paso el mes de septiembre castigándome por ello, así que
Llega Octubre y me digo “venga, me voy a poner a dieta” pero como las Navidades están a la vuelta de la esquina….
Tras las Navidades, me flagelo mucho más “¿Ves? ¡Has vuelto a engordar! Jamás lo vas a conseguir”, así que
Enero y febrero me lo paso llorando por las esquinas y planificando la operación bikini que
Comienzo en marzo convencidísima de que me voy a quitar lo que me sobra
Llega finales de Junio y bueno, sí, me he quitado unos cuantos Kgs, así que ¡vacaciones!
Y… vuelta a empezar.

Ya he hablado en este blog sobre los problemas que la presión social por estar delgado pueden ocasionar (ver la entrada La tiranía a través del espejo aquí) y, sobre todo, las imágenes que nos venden las campañas publicitarias de hombres y mujeres perfectos que se alejan mucho de la realidad. Jean Michael Cohen, un conocido dietista, asegura que: 

En la actualidad, son los medios de comunicación los que definen el ideal de belleza. Algunos desean, por encima de todo, parecerse a otros y exhibir unos cuerpos que no son realmente los suyos. La opinión de la mayoría sigue siendo más fuerte que la voluntad individual.

Las campañas de Dove siempre han apostado por acercar la imagen de mujer real. La belleza exterior no es más que el encanto de un instante. La apariencia del cuerpo no siempre es el reflejo del alma- George Sand
Las personas que no entramos en estos cánones sabemos que es complicado vivir en un mundo así, donde siempre se nos reclama. Al final, da igual lo fuerte que sea la persona a la crítica externa y la mayoría es arrastrada por la marea. Es tal el grado de obsesión que hasta podemos perder de vista el motivo principal por el que hacíamos dieta o incluso  podemos optar por un camino extremo sufriendo algún trastorno de alimentación. El siglo XXI, tristemente, recoge una paradoja difícil de entender: teniendo todos los recursos alimenticios a nuestro alcance, hay personas tan obsesionadas con adelgazar que rechazan cualquier alimento. Mientras tanto, hay otra parte del mundo que solo piensa en llevarse algo mínimo a la boca y sufren malnutrición y enfermedades por ello. Sinceramente, no sé cómo lo veis vosotros, pero a mí me aterra y me parece de ciencia ficción, aunque esto es la vida misma y es real; mientras unos desearían comer, otros, por presión social y por culpa de los medios de comunicación (entre otros), deciden no hacerlo.

Es importante que si alguno desea alguna vez hacer una dieta se plantee seriamente si lo hace por las exigencias de la sociedad, por ser lo que se espera de él, por entrar dentro de los cánones de belleza o por gustar a tal persona (ver la entrada Atado a ti por cadenas haciendo clic aquí), o si realmente lo hace porque necesita cambiar y se siente atrapado en ese cuerpo. Si nuestro caso es el primero, estamos enfocando nuestra autoestima SOLO en el físico, nos estamos haciendo valer únicamente por él, y por lo tanto, seréis débiles y vulnerables ante él. Adelgazar en este sentido es: «necesito que me aceptéis porque yo no me acepto y quiero que me quieras pero para eso solo me centraré en mi físico». Si, por el contrario, es el segundo estaremos centrándonos en NOSOTROS mismos, estaremos trabajando por y para nuestra salud, y por lo tanto, las metas siempre serán más duraderas. 


Las prisas son malas compañeras de camino y, sobre todo, si hablamos de dietas. ¿Quién no ha hecho alguna vez una dieta milagro? Si no ha sido por las nueras veraniegas, habrá sido para caber en tal traje para la boda de no sé quién y, sino, como consecuencia de los excesos navideños… Nadie se salva de ellas. El problema de las dietas milagro es que no son duraderas, tienen efectos secundarios serios y podemos llegar a poner nuestra salud en peligro. Dejaros de chorradas: llevad una dieta saludable y haced deporte durante todo el año, por el momento, es la única manera de perder peso que ha resultado ser duradera en el tiempo y que ha tenido resultados positivos. Si os sentís más agobiados en verano por el físico, ¿por qué no empezáis ya? Quizás sea el impulso y el empuje perfecto para empezar.

¿Qué es importante para iniciar una dieta? Lo primero es estar seguros de ello ya que hacer dieta no solo implica renunciar a algunas cosas, sino también supone tener mucha fuerza de voluntad. Es conveniente buscar un buen médico para los análisis iniciales y un buen dietista que os haga seguimientos y que os controle, así como hacer deporte. Si os podéis permitir un psicólogo o un coaching eso ya será la guinda del pastel. Los psicólogos pueden ir bien cuando tenemos que perder muchísimo peso ya que, por ejemplo, tendremos que cambiar nuestra mentalidad y hasta aceptar nuestro nuevo cuerpo, entre otros aspectos.


Ahora bien, yo siempre digo que es preferible que tengamos la meta de llevar una vida saludable a tener la meta de adelgazar. Cuando adelgazamos y llegamos a los kilos que queremos, nos confiamos, nos relajamos y volvemos a las andadas. Algo que, evidentemente, acaba siendo una catástrofe. Jean Michael Cohen dice al respecto:

La persona que ha adelgazado con una técnica extrema mantiene su peso durante cierto tiempo. Una vez que el resultado obtenido se trivializa, el placer de comer sustituye al de estar delgado. Por eso se produce el mecanismo de las dietas yo-yo.

Está bien querer adelgazar si nos sobran unos kilos de más, pero tenéis que entender que cuando el proceso de adelgazamiento termine, si queréis mantener el peso, tendréis que seguir llevando una vida saludable y eso implica un cambio importante de mentalidad.

Estos son mis cuatro mejores y simples consejos para llevar una vida saludable:

- Hacer las cinco comidas (desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena): no solo porque llegamos con menos hambre a la siguiente comida, sino porque mantenemos el metabolismo activo.

- Beber todos los días 1,5 litros de agua: evitar refrescos azucarados y alcohol.

- Hacer deporte: recordad que siempre es mejor el aeróbico que el anaeróbico (para ver el porque accede a la entrada La vida en escala de grises haciendo clic aquí). Buscad algún deporte que os guste de verdad porque si no lo dejareis.

- Comer todos los grupos de alimentos, pero con su debida moderación: por ejemplo, no es conveniente comer demasiados hidratos de carbono (pasta, pan…) o legumbres (lentejas, garbanzos…) si no realizamos demasiado deporte.

Podría daros muchísimos consejos más, pero este no es un blog de nutrición, sino de psicología. El mensaje que hoy os he querido transmitir es que es tan importante tener una mente sana como un cuerpo sano y que todas las obsesiones son malas, así como todos los extremos son malos. El verano es una época complicada pero hay que intentar no sucumbir y ver los posibles complejos que nos puedan surgir como un modo de querer cambiarlos, pero siempre sin dañarnos a nosotros mismos ni a nuestra salud.

Solo me queda desearos un ¡FELIZ VERANO!


viernes, 7 de junio de 2013

Me cuesta tanto olvidarte...(dependencia afectiva II)

(Nota: no es imprescindible, aunque sí importante, leerse la entrada de Dependencia afectiva I. Si todavía no lo has hecho, haz clic aquí)

Ya lo dice Jorge Bucay en su libro El camino de las lágrimas (para más información ver la entrada de Cuando Cupido se equivoca):



¿Quién quiere estar al lado de alguien que ya no te quiere? Ni yo, ni tú, y seguramente nadie.

Cuando me doy cuenta de esto, dejo de pretender agarrarte, dejo de querer  engancharte, abro los brazos y permito que te vayas, sabiendo que una vez que termine de elaborar esta pérdida, la herida no dolerá, una vez que renuncie a lo que ya no está, voy a quedar libre de un pasado, para elegir con quien quiero seguir el camino. Pero preferimos tratar de ver cómo hacemos para manipular la conducta del otro para que haga lo que nosotros queremos, antes que pasar por el camino de las lágrimas y dar lugar, después de llorar, a una persona que sea más afín con mis gustos y principios.

Olvidar a una persona es un camino complicado que, en ocasiones, se nos hace muy cuesta arriba y que ni tan siquiera sabemos por dónde emprender. Yo diría que el primer paso, sin lugar dudas, es aceptar que esa persona nos ha dejado y que no volverá. Este paso supone conseguir la mitad del camino y es muy importante aunque, como dice Jorge Bucay, la mayoría de personas intentaremos retener ese sentimiento y engañarnos pensando: «volverá» o «ya se dará cuenta de que me quiere» o «le demostraré lo que valgo» y así inventamos mil peripecias para que esa persona nos siga queriendo cuando todo es en vano y todo esto por negarme a aceptar una verdad que me duele demasiado y que no puede ser real. Aviso: no funciona. No lo hagas. No pierdas el tiempo. Si alguien no te quiere hoy, es difícil que te quiera mañana.



Hoy daré algunas pautas que os pueden ayudar a superar el mal de amores desde mi experiencia y a través de la ayuda de algunos psicólogos. Como siempre, tengo que avisaros de que estos consejos no son la panacea y que tampoco son universales. Recordad que las personas somos únicas y que, por lo tanto, lo que a unos nos puede ir bien, a otros no nos funcionará para nada.

Debo hacer una aclaración importante: el hecho de que una persona  esté pasando por un proceso de olvido no significa que sea dependiente afectivo, pero si el olvido se alarga y se prolonga mucho en el tiempo, habría que verlo.

Walter Riso en su libro ¿Amar o depender? asegura que cuando sufrimos una adicción por alguien lo mejor es no verle demasiado. Es preferible utilizar el autocontrol y la resistencia activa ya que a pesar del dolor que esto nos puede provocar la extirpación tiene que ser radical, por el momento, hasta que empecemos a asimilar la pérdida. No puede haber adicción si hay autocontrol

Esta pauta es complicada de llevar si nuestra pareja es del mismo grupo de amigos, o trabaja en el mismo lugar que nosotros o por lo que sea le tenemos que ver varias veces al día; para estas personas el proceso de olvido se alarga un poco más. En este punto y si es inevitable, os aconsejo que mantengáis las distancias prudenciales, por ejemplo, una mesa puede ser muy larga como para sentarse justo a su lado, si tenéis que renunciar a quedar con vuestros amigos durante una temporada, hacedlo. Y cuando estéis preparados volved. Visto desde la parte positiva, podéis dedicar ese tiempo a cosas que siempre quisisteis hacer. Hay un mito común que cree mucha gente y es pensar que «cuanto más lo veo, más lo superaré». Esta idea es falsa, cuanta más droga recibe el adicto, más dependencia crea. Muchos podéis pensar en este punto: « ¡Mar, yo no quiero renunciar a salir con mis amigos por el tonto/a este! ». Lo entiendo, pero a veces hay que perder unas cosas para ganar otras, hay que renunciar para luego recibir ¿Qué es preferible unos meses de renuncia o años de adicción?

Hoy en día una historia de amor como la que vivieron Romeo y Julieta sería una relación tóxica. Recordar: No hay que morir por el otro, sino vivir para disfrutar juntos.

Otras estrategias:

  • Análisis parcializado conveniente: lo malo no hay que olvidarlo. A veces también hay que resaltarlo. Cuando se trata de relaciones muy enfermizas, la mejor estrategia es concentrarse en lo malo. No pretendemos que odies a tu ex pareja, sino que pongas las cosas en el lugar donde se merecen estar. Si has perdonado todas sus malas palabras, si has justificado todos sus desaires y crees que esa persona era perfecta para ti… ¿Te ha valido todo eso para algo? ¿Ha funcionado? Hay algo que no estás haciendo bien y es centrarte en todo lo positivo y obviar lo negativo. Empieza a poner las cosas en su lugar y recuerda que ninguna relación es perfecta.

  • Hablar con personas que están de nuestro lado: es importante rodearte de la gente que te quiere de verdad, tener amigos objetivos y que respeten tu decisión. Siempre habrá gente ajena a ti que opinará: « ¡Qué pena que lo dejaste! ¡era una persona estupenda! ». Pero esas personas no saben de la misa la mitad.

  • Control de estímulo o las buenas evitaciones: hay que cortar las fuentes inconvenientes de información y no someterse a los estímulos que disparan la urgencia afectiva. Durante un tiempo es mejor no llamar ni hablar con la persona que se quiere dejar; no verla, evitar lugares nostálgicos o gente que nos la recuerde. También se deben de bloquear, en lo posible, todos aquellos estímulos sensoriales que activen esquemas pasados: perfumes, fotos, música, texturas o sabores, deben ser totalmente eliminados.



Otras estrategias:

Seremos amigos: soy de las personas que pienso que es complicado, sino imposible, mantener una buena relación de amistad con tu ex. La amistad se puede transformar en amor, pero el amor en amistad nunca. En este término incluyo nada de cenas ni de sexo una vez se ha roto, te aviso, te estarás metiendo en la boca del lobo. Si eres de los que creen que esto es posible espera un tiempo hasta estar preparado.

 Fotos: guarda las fotos en un cajón, con marco incluido. Una tontería tan grande como ver una imagen puede activar los sentimientos. Cuando lo hayas superado, si quieres, sácalas de la caja y si no te molestan, déjalas ahí.

Música: la música tiene la capacidad de activar viejos recuerdos y eso es precisamente lo que queremos evitar. Cuando estamos tristes tendemos a escuchar música triste porque es la que nos acompasa, pero tenemos que hacer justo lo contrario. Nada de escuchar música de amor, música triste o «nuestra canción». Eso solo empeorará la situación.

No preguntes: es mejor no curiosear sobre su vida. Si alguien te quiere contar algo sobre esa persona está bien, pero no preguntes por ti. Cuanto más lejos, mejor.

Disfruta: es importante pasarlo bien y llenar tu vida de alegría. Puedes viajar, comprar, hacer deporte, comer, salir de fiesta… Organiza tu vida y, sobre todo, ten la mente ocupada.


Para los más atrevidos: solo si te atreves y puedes hacerlo, opta por eliminar su cuenta de correo electrónico, su Facebook, su Twitter y hasta su número de teléfono. Este es uno de los pasos más difíciles, y solo es opcional, así que déjalo para el final. Si eres una persona atrevida, fuerte y valiente sé que optarás por esta opción en primer lugar; eso sí que es extirparse el corazón y sin anestesia.


    Puedo decir que el dolor de corazón es algo más que una metáfora. Dejar y olvidar a una persona no es más que un duelo y los duelos duelen. Cuesta sudor y lágrimas pero sales fortalecido. En mi caso, la decisión fue personal. Después de muchas idas y venidas supe que aquello no me aportaba nada y que caía en saco roto. Ahora lo veo desde otra perspectiva y considero que fue una buena decisión, que me liberó y que me ayudó a ser la persona que soy hoy y que me permitió conocer a otras personas. No es fácil para nadie renunciar a una persona a la que se ha querido, pero prefiero aceptar que esa persona ya no me quiere, que no estará nunca conmigo y asumir eso para tomar alas.

Ojalá pudiéramos ser siempre tan sabios como para no llorar por aquellas piedras que quizás desprevenidamente desperdiciamos, por aquellas cosas que el mar se llevó y tapó y estuviéramos, de verdad, preparados para ver el brillo de las piedras que tenemos y dispuestos a disfrutar de  ellas, por el resto de nuestra vida.

Jorge Bucay



martes, 28 de mayo de 2013

Atado a ti por cadenas ( Dependencia afectiva I)




Colgado de tu melena, atado a ti por cadenas, a ti. Maldito deseo, mi voluntad envenenas, llenas de ti mi existencia de ti por ti, no puedo creerlo, no puedo creerlo no… Pero quería decirte un hasta siempre y sin embargo he suplicado quédate siempre a mi lado.


Mi querido Alejandro Sanz sería el ejemplo perfecto de un adicto afectivo. Sí, así como suena. Y no es el único; la canciones románticas nos recuerdan que el amor enfermizo es saludable e incluso conveniente, ahora recuerdo también a Amaral: Te necesito como a la luz de sol, en este invierno frío para darme tu calor, Los días que pasan, las luces del alba, mi alma, mi cuerpo, mi voz, no sirven de nada, porque yo sin ti no soy nada. Y así, sucesivamente, podría añadir muchísimas canciones más.

Todo el mundo ha repetido en alguna ocasión: «No podría vivir sin él/ella», «Te necesito», «Lo eres todo para mí», «Mi vida no tendría sentido sin ti», «No sé qué haría si me dejara». Los tiempos, las películas románticas, las canciones, la tradición, etc., han hecho que pensemos que esta es la manera correcta de amar cuando, en realidad, entraría dentro de la categoría de dependencia afectiva. El verdadero amor no tiene por qué estar infectado de adicción: «Te quiero pero no te necesito para ser feliz», «Si me dejaras me dolería pero podría vivir sin ti», «Te quiero, pero no lo eres todo para mí» serían ejemplos perfectos de cómo tener una buena relación con el apego.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que una adicción afectiva es como cualquier otra dependencia. En este caso, los dependientes son víctimas de un amor obsesivo, mal concebido y enfermizo, e incluso en ocasiones, rallando lo obsesivo. El gran Walter Riso, acuñó este término y realizó varias investigaciones al respecto que recopiló en su libro ¿Amar o depender? Este libro me sorprendió y me impactó a partes iguales y es que nunca creí que podría existir algo así. A través de su lectura, me fui dando cuenta de que las adicciones afectivas están en realidad, más cerca de lo que pensamos: ¿Por qué hay gente que sigue atada a una persona cuando ese alguien ni tan siquiera ha dado muestras de mirarla?, ¿Por qué una mujer maltratada puede soportar tantas heridas y humillaciones?, ¿Por qué hay gente que no puede olvidar a su ex a pesar de los años de la ruptura?, ¿Por qué soportar tantas infidelidades?...



Walter Riso, en este libro, recopiló las características y frases más comunes de los adictos afectivos y hoy las quiero compartir con vosotros. Es posible que os sorprendan dado que muchas personas os podéis sentir identificadas pero luego hablaremos de ello.

Me quiere pero todavía no lo sabe/no se ha dado cuenta: Transmitiré las palabras del gran Walter Riso: Cuando una persona está enamorada lo sabe, lo siente, lo vive en cada pulsación, porque el organismo se encarga de avisarle. No pasa desapercibido. El amor llega como un huracán que rompe todo a su paso… Si alguien no sabe que te quiere: no te quiere.

No recuerdo que haya habido nada malo: los dependientes olvidan las cosas malas de la relación y solo recuerdan las buenas. Las cosas no mejorarán por minimizar los problemas, hay que darles el puesto que se merecen. Walter Riso os aconseja: Cuando negamos el pasado conflictivo de la convivencia afectiva, nos mentimos a nosotros mismos.

No acepto la pérdida porque todavía me quiere: esta característica suele ser muy común cuando hemos sufrido por amores no correspondidos o cuando nos han dejado. Según Walter Riso cuando llegamos a este punto podemos utilizar correlaciones ilusorias, es decir, malas lecturas de una situación que solo existe en nuestra imaginación y ver amor donde no lo hay. Se empieza a recabar información y datos confirmatorios de que esa persona nos sigue queriendo. Las más comunes:


  •   «Aunque no estemos juntos, todavía me quiere»: optimismo obsesivo perseverante.
  • «Después de tanto tiempo es imposible que haya dejado de amarme» costumbrismo amoroso.
  •   «Un amor así nunca se acaba»: momificación afectiva.

Todavía me llama, todavía me mira y todavía pregunta por mí: seguimos con la idea de las correlaciones ilusorias y la recogida de información. Hay hechos aislados que no son indicadores de amor, según Walter Riso podrían ser: simple nostalgia pasajera, confirmar un chisme o sentimientos de pesar y de culpa. El hecho de que pregunte por ti no significa que te siga amando y que quiera volver contigo mañana mismo. Walter Riso dice algo en lo que no puedo estar más de acuerdo: El amor no es un mapa de indirectas y claves que hay que descifrar las veinticuatro horas para saber cuándo, dónde y cómo nos van a amar.

Se va a dar cuenta de lo que valgo: en este momento solo puedo transcribir las palabas de Walter Riso en un punto del libro que es uno de mis preferidos: Refiriéndome exclusivamente a una cuestión de respetabilidad personal, el solo hecho de que tengan que «perderme» para «valorarme» es ofensivo, además de fastidioso. Si eres una de esas personas que están esperando la evaluación, a ver si pasaste el examen como pareja, recuerda que no eres un objeto de compra-venta. El evalúo afectivo siempre es insultante. Pero, si lo anterior no te ha convencido, quizás las estadísticas logren despabilarte: los que dudaron afectivamente una vez, vuelven a duda… Si no te aman hoy, no te aman.


Intentar nuevas estrategias de seducción: ponerse perfume, vestirse mejor, adelgazar, llenarse de silicona, jugar a ser un Don Juan o una Mata Hari pueden llegar a ser factibles siempre que el amor está vivo pero no tienen la fuerza suficiente para retener a alguien o hacer que nos ame.

Mi amor y comprensión lo curarán: Walter Riso dice: Querer cambiar a una persona infiel crónica dándole amor a granel y siendo tolerante con sus engaños, es una inocentada con rasgos de complicidad. De manera similar, pretender que un alcohólico controle su adicción exclusivamente mediante afecto indiscriminado, es casi imposible. Una persona solo puede curarse e incluso cambiar si él mismo lo desea, nuestro amor poco podrá hacer. El amor no es ir detrás de nadie para querer cambiarlo ni curarlo.

Voy a dejarlo de a poquito: este punto también es uno de mis preferidos del libro: Alejarse paulatinamente de la fuente de adicción no es la estrategia más recomendada. «Voy a consumir cada día menos crack» puede resultar risible para los que saben del tema. La adicción no se rompe lentamente. Puede haber retrocesos, avances y recaídas pero la lucha es a muerte «Voy a dejar a la persona que amo porque no me conviene, pero poco a poco», es como decir que me inyectaré menos. Es un tipo de autoengaño.

Solo seremos amigos: es prácticamente imposible seguir manteniendo una amistad con la persona que todavía se ama, de hecho, Walter Riso dice: Los que defienden lo contrario no saben de que están hablando. La persona amada rehace su vida mientras que el dependiente tiene que ver y soportar en doloroso silencio. Deja el tema de la amistad para cuando estés preparado.

Sorprendidos ¿verdad? Definitivamente el libro de Walter Riso me marcó en su momento y me ayudo a entender y superar muchas cosas. Hoy os he entregado a vosotros las claves para ser un poco más felices y construir un amor que nos sea saludable. Dado que me he alargado más de lo que siempre espero, en próximas entradas, os daré algunas pautas para superar esta dependencia afectiva.


Federicco Moccia autor de Tengo ganas de ti puso de moda el fenómeno de los "candados de amor". Los enamorados  simbolizan que siempre estarán juntos cuando cierran el candado y tiran la llave al río. Es un ejemplo perfecto para estar atado a ti...por candados. Aunque todo lo tengo que decir, es un gesto muy romántico.

Me despido hasta la próxima con las palabras de Jorge Bucay recogidas  en su libro El camino de las lágrimas (para más información ver la entrada "Cuando Cupido se equivoca" haz clic aquí): Esta es la historia: como sé que no puedo determinar que me quieras ni quererte por ambos, entonces, te dejo ir. Si te quiero de verdad, si alguna vez te quise, no voy a querer retenerte. Y no te dejo ir porque no me importe, te dejo ir porque me importa muchísimo. Si para alguno de los dos, verdadera y definitivamente se terminó, se terminó para ambos y no hay nada más que hacer.


martes, 16 de abril de 2013

Felicidad, vete tú a saber dónde te metes (FELICIDAD II)

(Nota: es indispensable leer la entrada de FELICIDAD I para poder entender al completo esta nueva entrada pero si lo quieres hacer haz clic aquí)

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La semana pasada hablamos de que el poder de la felicidad lo tenemos en nuestras manos, solo hay que saber utilizar diez truquitos que el autor Adam. J. Jackson nos da a conocer a través de su libro Los 10 secretos de la abundante felicidad.


Muchos os diréis: «tan simple no puede ser». ¡Así de sencillo señores! Nos empeñamos en encontrar la felicidad en direcciones equivocadas como en la búsqueda de lo material, y claro, de este modo se nos escapa.

En la anterior entrada describí las diez claves, me gustaría que las repasarais. En esta nueva entrada solo hablaré de las claves que resultan más complejas de lograr y os abriré el camino para llegar a ellas. Como caminantes, seguir el paso o abandonarlo es una decisión vuestra… Empezamos:


Con respecto a la clave 1: ¿Qué puedo hacer para cambiar mi actitud? 

Todo en esta vida tiene su lado oscuro y su lado soleado, y aunque automáticamente nuestro cerebro tiende hacia la negatividad, recordad que esto lo hemos aprendido de la sociedad y del aprendizaje erróneo que nos han dado en nuestras familias, de hecho, me atrevo a decir que la mayoría de patologías actuales son producto de miedos, ansiedades, frustraciones, etc., que nuestros propios seres queridos nos han transmitido. La realidad es que todo lo que se aprende se puede desaprender.
Y entender esto es básico en la vida porque esta idea es tan potente que para la psicología actual es como una religión. En definitiva, la conocida frase «malpiensa y acertarás», por mí, la podéis tirar a la basura. El autor asegura que en cualquier situación estresante nos podemos hacer tres preguntas

  1. ¿Qué hay de bueno? O ¿Qué podría haber de bueno?
  2. ¿Qué es lo que todavía no es perfecto?
  3. ¿Qué puedo hacer para remediar la situación, pasándolo bien mientras tanto?


Hacerse estas preguntas aliviará la situación y ayudará a sobrellevarla de la mejor manera posible. Recordad que nuestros pensamientos son los que nos producen malestar y NO nuestras emociones, como suele creer todo el mundo. El pensamiento es el que desencadena una emoción, por lo tanto, si cambio mi pensamiento cambiaré mi emoción. Ahora bien, lo que uno quiere, a uno le cuesta. El pensamiento siempre tenderá hacia el negativismo si esa siempre ha sido nuestra manera de proceder. Para que el pensamiento positivo se automatice hay que darle tiempo y caña; no vayamos a pretender que automáticamente seamos las personas más positivas del mundo cuando durante todos estos últimos años de mi vida no lo he sido. Cuanta más constancia tengamos con el pensamiento positivo, a diario y no solo en ciertas situaciones, la cosa irá mucho mejor. Esto es como el estudiante que durante el curso a través de la voluntad hace sus ejercicios y lo lleva todo al día para que cuando llegue a final de curso obtenga un aprobado sin necesidad de sobresaltos.

Mis pensamientos son los que me hacen sentirme feliz o desgraciado, no mis circunstancias. Controlo mis pensamientos, por lo tanto, controlo mi felicidad. - Adam. J. Jackson

Con respecto a la clave 4 ¿Y qué hago si no me quiero? ¿Qué hago si no me gusto? 



Olvidaos de patrañas pamplineras y trabajad en reforzar vuestra autoestima. Todo el mundo tiene defectos y virtudes y no hay que luchar contra eso, sino aceptarlo de la mejor manera posible y pensar que la perfección no existe. La persona que tiene una alta autoestima (que no narcisismo) se quiere y se acepta con sus defectos y sus virtudes. El aspecto físico no lo es todo, es mucho más importante ser fiel a uno mismo, sentirse feliz con lo que uno tiene y mejorar cada día como persona. Es difícil aceptar esta última idea porque vivimos en un mundo en el que mantener un buen aspecto físico es una de las cosas más importantes y la presión social que hay al respecto, creo yo, es exagerada y obsesiva. 

Ser solo tú mismo, en un mundo que hace lo posible, noche y día, para hacerte semejante a los demás, significa librar la batalla más difícil que cualquier ser humano pueda librar - E.E Cummings

Quien no encaja en el mundo, está cerca de encontrarse a sí mismo - Herman Hesse

Haz deporte y dieta si es que lo deseas. Está bien cuidarse, está bien mimarse, está bien quererse, pero nunca obsesionarse al respecto. Obsesionarse es priorizar. Priorizar estar delgada, priorizar estar musculoso, priorizar parecerse a tal persona, compararme constantemente… Estas ideas nos denigran como personas y nos hacen ver que la baja autoestima es una plaga que no se erradicará si no cambiamos nuestra actitud y no desde dentro, sino desde fuera. La personalidad prevalece, sé fiel a ti mismo porque es tu marca de nacimiento, aquello que te hace único. El físico se va. Hay que trabajar desde dentro y no desde fuera. La base, el problema de autoestima, seguirá estando siempre.

El autor dice que para vencer los complejos y las creencias negativas sobre mí mismo y crearme una imagen positiva debo:

  • Antes que nada, averiguar cómo se forjó esa imagen y si es o no cierta. Los psicólogos no terminamos de ponernos de acuerdo sobre cómo se crea la autoestima. Unos dicen que nacemos con ella, que es imposible de cambiar absolutamente, y otros dicen que se crea y que, por lo tanto, se puede cambiar. En mi opinión, es un cóctel entre lo que yo creo de mi mismo y lo que los otros creen. El problema es que, en ocasiones, le damos demasiada importancia lo que opinan los demás y olvidamos lo que yo creo de mi mismo. Por eso, hay que averiguar si esa imagen que yo tengo de mi mismo es cierta y si me quedo como estoy o decido cambiar algo. O si no cambiarlo del todo, quizás modificarlo.
  • Hacerse afirmaciones positivas cada día de cómo quiero ser.
  • Actuar como me gustaría ser. Por ejemplo: «Mar, siento que soy demasiado impulsivo, y claro, luego me arrepiento de lo que digo/hago y esto me crea problemas». Una buena idea sería contar hasta diez antes de decir/hacer algo o incluso pensarlo para ti mismo y luego decidir si lo haces/expresas o no. También se me ocurre, preguntarte si te ofendería que te hicieran/dijeran lo que tú vas a hacer/expresar (empatía).
  • Preguntarme qué es lo que me gusta de mí mismo y, por supuesto, potenciarlo. NO potenciar el lado negativo, no, eso ya lo hemos hecho bastante. El mundo ya es demasiado negativo como para hundirnos con él.

Amarse a sí mismo es el comienzo de una aventura que dura toda la vida - Oscar Wilde.

Con respecto a la clave 5 ¿Cómo creo metas y no me canso en el intento? 


Es importante que no olvidemos nuestras metas y que no nos perdamos en el intento. Las metas se pueden modificar, revisar e incluso olvidar si consideramos que nuestras ideas con respecto a esa meta han cambiado. Las circunstancias personales cambian y podemos vernos en situaciones límite a la hora de llevarlas a cabo. Hay que ser realista (que no negativo) y ponernos una meta objetiva. Hay gente que cree que «el que la sigue la consigue». Bien, esto lo podríamos discutir. Perder tiempo y esfuerzos en algo que no es realista NO vale la pena. No se le puede pedir a un mal estudiante que de la noche a la mañana saque sobresalientes, pero sí se le puede animar para que pase de un cinco a un seis, luego a un siete, y así sucesivamente. Hay que tener en cuenta las limitaciones y las expectativas también. Si logramos que el alumno se mantenga en un siete u ocho, podemos darnos por contentos. Hasta que, que con el paso del tiempo, le pille el truquillo al asunto y, solo entonces, vaya a por el sobresaliente. ¿Lo veis? Son expectativas realistas las que al final nos han llevado a la meta.


El autor cree que una buena manera de fijarnos una meta es escribirla en un papel y leerla a diario al despertar, en algún momento del día y al irnos a dormir. Esta es una manera de no olvidar las metas y de ser insistente. Es importante que a lo largo de este proceso, revisemos las metas y veamos si es necesario seguir con ellas y si los pasos están siendo los adecuados.

Con respecto a la clave 6 ¿Qué puedo hacer para tener un poco más de humor ante la vida? 

Hay que intentar buscar el lado gracioso de las cosas. Yo sé que esto es complicado, sobre todo para mí, que me considero bastante seria. Pero claro, me pongo a pensar y creo que no es tanto ponerse a contar chistes o ser el centro del guateque, sino no tomarse la vida tan en serio y sacar algo gracioso de una mala situación.

Adam J. Jackson propone una fórmula anti-estrés que consiste en dos pasos:

1)      No preocuparse por las pequeñas cosas.
2)      Recordar que la mayoría de las cosas son pequeñas.

Está claro que esta fórmula no se podrá seguir en todas las situaciones, no os voy a prometer el oro y el moro como en muchos libros de autoayuda. Por ejemplo, será difícil mantener esta premisa cuando hemos perdido a algún ser querido o cuando nos dan un diagnóstico de enfermedad grave. No solo es difícil. Sería completamente disfuncional reírse de la situación. Pero el autor tiene razón al asegurar que la MAYORÍA de las cosas son pequeñas y que en nuestra vida diaria no siempre fallece alguien ni nos dan comunicados de malas noticias.

Con esta entrada, cierro el capítulo de felicidad. Espero que estas diez claves os permitan ser más felices y haceros entender que la felicidad está dentro de nosotros y no en aspectos externos o físicos, como se suele creer.

Muchas personas consumen su vida entera buscando la felicidad sin encontrarla nunca, simplemente porque no miran en el lugar adecuado. Nunca podrás ver una puesta de sol si estás mirando hacia el Este y nunca encontrarás la felicidad si la buscas entre las cosas que te rodean… La felicidad no depende de lo que cambies en tu vida… Salvo que te cambies a ti mismo - Adam. J. Jackson

miércoles, 27 de marzo de 2013

Felicidad, ¡Qué bonito nombre tienes! - (FELICIDAD I)


No conozco a nadie que no desee ser feliz. De hecho, yo diría que es la meta final de todo el mundo. La felicidad a veces parece esquiva, se oculta y se transforma en cosas que no tienen nada que ver con ella como, por ejemplo, en el dinero o en la cantidad de bienes materiales. Hoy, os daré las 10 claves más importantes de la felicidad a través de un libro que, en mi opinión, transmite bastante bien la idea que yo tengo sobre obtener una felicidad duradera y completa.




Para quien desee más información, el libro se titula Los 10 secretos de la abundante felicidad escrito por Adam J. Jackson. Además, añado que para los que no le guste leer, es muy cortito y muy ameno. No trata el tema de la felicidad como un modo de autoayuda, sino a través de parábolas y de historietas; lo hace muy entendible para todo el mundo.


Allá vamos pues:

Cambia tu actitud: cuando somos pequeños nos educan para ser negativos y esto, evidentemente, nos ha hecho ser infelices. Si esperamos lo peor, experimentamos lo peor y al contrario y esto impide tomar conciencia de las cosas buenas. Una de las bases más importantes sobre las que trabajamos los psicólogos, aquí os doy la clave y el secreto, es cambiar nuestra forma de pensar.

Lo que determina nuestros sentimientos sobre los sucesos que ocurren en nuestras vidas no son los propios sucesos, sino el significado que nosotros les demos - Adam J. Jackson

Uno es todo lo feliz que previamente él mismo se ha propuesto ser - Adam J. Jackson

La fuente de la satisfacción debe surgir de la mente, y quien tenga tan poco conocimiento de la naturaleza humana como para buscar la felicidad cambiando algo que no sea su propia disposición, malgastará su vida en esfuerzos inútiles, multiplicando la aflicción que intenta eliminar - Samuel Johnson

Cuídate: haz ejercicio y come bien, pero todo sin obsesionarte. Por ejemplo, los expertos recomiendan solo unos 30 minutos de deporte (si es al aire libre y bajo la luz del día mucho mejor). Si movemos el cuerpo cambiamos nuestro estado emocional y mental es por esto que a las personas deprimidas se les suele recomendar hacer deporte. Ahora bien, esto es muy importante, solo ejercicio aeróbico (nadar, correr, bailar…) y no anaeróbico (pesas). El ejercicio anaeróbico en lugar de quemar oxígeno quema glucógeno, que es el alimento del cerebro.
En cuanto a la alimentación, evitar el exceso de café, té y alcohol (para quien no lo sepa todavía, el alcohol está clasificado como un depresivo tras la euforia inicial) y se ha demostrado que el aspartamo puede causar depresión clínica (además, añado, es cancerígeno).

Vive el presente: pensar sobre el pasado  y preocuparse por el futuro nos priva del presente. El presente lo es todo, es todo lo que tenemos. Recientemente, he sido consciente de esta verdad que es evidente, pero que a veces se nos escapa. No somos seres infinitos y vivimos como si lo fuéramos, como si la muerte no fuera a llegar nunca. Grave error. Como bien todos sabéis, me estoy especializando en psicogerontología, el hecho de trabajar con personas mayores me ha ayudado a apreciar el día a día y a entender que hoy un 27 de marzo de 2013 siendo las 12:01 nunca se volverá a repetir. Nunca habrá otro ahora. Vive este día como si fuera único. No te estoy diciendo que te vayas de guateque o que te olvides del pasado o del futuro, eso evidentemente, sería totalmente disfuncional. El pasado nos ha enseñado y el futuro se tiene que medio planear. Lo único que te estoy diciendo es que no vivas en un pasado que nunca volverá o en un futuro que todavía no está.

Aunque la vida en este momento tal vez no es todo lo que usted desaíra, este momento es todo lo que usted tiene - Adam. J. Jackson







Admírate: vivimos en un mundo de complejos que corregimos a través de dietas, deporte u operaciones de cirugía estética, cuando la mejor de manera de aceptar los complejos es trabajar en aceptarse tal y como cada uno es con sus defectos y sus virtudes. No es fácil, lo sé: luchamos constantemente contra un mundo muy basado en el aspecto físico y que siempre nos intenta cambiar. Es injusto, pero nadie dijo nunca que este mundo fuera justo. Y ya no solo hablo del físico, nos respetamos poco cuando nos decimos: ¡qué tonto soy!, ¡fulano es más simpático que yo!, ¡soy demasiado viejo!

El hombre es como él cree que es - Adam. J. Jackson

Si crees que eres un tío genial, que tienes éxito y que la vida te va bien, te vas a comer el mundo. Las creencias tienen un poder muy grande en nosotros, tanto que, si tú te ves bien, los demás, a la fuerza, te verán bien. Acabarás transmitiendo tu mensaje y tendrá mucha fuerza. Ejemplo: cuando alguien se somete a una dieta y pierde peso liga más. Ahora bien, ¿por qué creéis que liga más?, ¿por el peso perdido? ¿O porque esa persona ha cambiado su actitud y tiene más confianza en el mismo y, por lo tanto, se muestra más disponible y receptivo? Es evidente que adelgazar ayuda, pero al final lo que prevalece son nuestras actitudes. Esto explicaría, por ejemplo, por qué muchas personas que no entran en los cánones de belleza de la actualidad ligan incluso más que otros.


Ponte metas: tener ambiciones supone algo por lo que vivir. Cuando lo tenemos todo y hemos logrado todo lo que queríamos, la vida pierde sentido y muchas personas que llegan a este punto piensan hasta en el suicidio. El autor dice: ¿Por qué tanta gente pierde la salud y se muere poco tiempo después de jubilarse? ¿Por qué tantos ricos y famosos terminan siendo drogadictos y alcohólicos?

Todo lo que necesitas para ser feliz es algo con lo que estar entusiasmado - Adam. J. Jackson



Ríete: utiliza el humor ante los problemas y no reprimas la risa. Esta produce una sensación de felicidad que libera en el cerebro sustancias químicas que crean una especie de euforia, lo que disminuye el estrés, la ansiedad y la preocupación.


Saber pedir perdón: esta es otra de las claves de la felicidad que más me gustan.
Una de las cosas que más nos cuesta hacer en este mundo es pedir perdón.
Y quien no sabe pedir perdón, no es feliz. Pedir perdón no es embarazoso, sino que llena de honra a quien lo hace. Todos cometemos errores y a todos nos gusta que nos perdonen porque, si no, las relaciones se vuelven imposibles.
No obstante, a veces no es fácil; cuando uno pide perdón, se arriesga a no ser perdonado o incluso a ser humillado, pero la fuerza de querer hacer las cosas bien y de sentirse bien con uno mismo tiene que prevalecer sobre todo.

Por otro lado, hay que saber perdonar. Os preguntaréis: «Mar… ¿pero qué hago cuando perdono pero no olvido?». No olvidar significa que no has perdonado, y no te culpo. Cuando nos hacen daño, todas nuestras defensas se ponen alerta contra esa persona y nuestro cerebro nos dice: « ¡alerta! Esta persona me hizo X, no puedo volver a confiar en ella, me volverá a hacer lo mismo». Sin embargo, volvemos a lo que decíamos anteriormente; todo el mundo se puede equivocar y de nosotros dependerá perdonar o no a la persona en cuestión, dependiendo de la gravedad del asunto y de la repercusión que haya tenido en ti. Todas las decisiones son respetables, pero solo te digo que perdonando serás más feliz.



Es difícil ser feliz cuando uno lleva en su interior tanto odio y resentimiento - Adam. J. Jackson


Poder de dar: cuanto más damos, más recibimos. A todos nos da la falsa o real sensación de que damos más de lo que los otros nos dan. He hablado con muchas personas sobre esto y todo el mundo me dice lo mismo: «Mar, estoy cansado, siempre doy más de lo que recibo, nadie piensa en mí». Esto puede ser cierto de un modo parcial, yo siempre aconsejo que seáis vosotros mismos sin esperar nada a cambio. Algún día toda la siembra se recogerá doblada. Todo lo que hay que hacer para traer felicidad a nuestras vidas es darle a otros, aunque sin desmerecernos a nosotros mismos; todo en un constante equilibrio. No es ninguna casualidad que las profesiones más satisfactorias tengan que ver con ayudar a los demás, por ejemplo: enfermeros, médicos o psicólogos.

Es mayor la bendición de quien da, que la de quien recibe - Adam. J. Jackson

Relaciónate: somos seres sociales y vivimos en sociedad. No nos podemos imaginar un mundo sin amigos o sin familia. Las relaciones amorosas e incondicionales hacen que la vida no esté vacía. Necesitamos hablar, comunicarnos, sentirnos queridos y necesarios. Fomenta las relaciones y conoce a gente nueva, eso siempre te enriquecerá.

La calidad de nuestras vidas es la calidad de nuestras relaciones - Adam. J. Jackson

Ten fe: muy a mi pesar, le tengo que dar la razón al autor. Yo no soy nada religiosa, pero los científicos psicólogos han demostrado que la gente creyente es más feliz: sufre menos depresiones, padece menos estrés y soporta mejor las desgracias.
Ahora mismo, recuerdo a los familiares de una de las chicas que murió en el Madrid Arena. Su familia era bastante religiosa, de hecho, algunos hermanos de la fallecida se estaban ordenando para ser curas. Hay que ver la templanza con la que hablaban en los medios de comunicación; la paz y la tranquilidad que transmitían. El autor asegura que se puede ser feliz sin tener fe en Dios, pero que sin ella es difícil lograr una felicidad duradera.La fe vence todas las adversidades y da esperanza y ánimo a aquellos que la tienen.

Espero que os haya gustado la entrada de hoy, aunque esto es solo un aperitivo introductorio. La semana que viene escribiré sobre cómo obtener estas 10 claves de una manera fácil y sencilla a través de este mismo libro. Creo que por hoy la entrada me ha quedado bastante completa y no os quiero atosigar más. Ahora, hay que pensar en lo que he escrito.
Dejadme vuestros comentarios y decidme si os ha gustado o no, si le falta o le sobra algo, etc. En definitiva, lo que queráis y, sobre todo, ¡lo que os haga felices!


Nota: la entrada sigue en FELICIDAD II.