SOBRE MI

Soy una joven psicóloga y psicogerontóloga de 25 años que pretende invitaros a la reflexión. Actualmente doy conferencias para varias asociaciones locales y me sigo formando y actualizando a la espera de que algún día encuentre un buen trabajo.

miércoles, 20 de febrero de 2013

La vida en escala de grises

Hoy es un día muy importante para este, mi blog. Hoy tengo el honor de presentaros el trastorno que ocupa el número uno en la lista de trastornos más padecidos: la depresión.





Si nos centramos en los datos, la depresión va en aumento y los casos se han multiplicado en los últimos 50 años y son más acusados en los nacidos a partir de 1945. La crisis económica actual por la que estamos pasando ha agravado muchísimo esta situación (miedo me dan las estadísticas de este año o el que viene)  y es frecuente ver en las noticias casos de suicidio (de esto hablaremos más tarde), situaciones desesperantes en las que uno pierde su casa y su trabajo y se ve impotente y desesperanzado ante una situación que le sobrepasa con la creencia de que poco o nada puede hacer.

Hay tantas depresiones como personas hay en el mundo, con esto quiero decir que los motivos de una depresión pueden ser muy diversos y variados. Hay que tener la mente abierta y entender que lo que a mí me puede afectar al otro no tiene por qué afectarle y que yo le puedo dar importancia a unas cosas y tú a otras. Una persona puede tener una depresión porque se había puesto una expectativas en la vida que no se han cumplido, porque no ha logrado conseguir, después de mucho esfuerzo, algo que tanto anhelaba, porque ha perdido a una persona muy querida, porque ha estado estudiando toda su vida y ahora no hay trabajo, porque no ha superado una ruptura sentimental… ¡Qué sé yo! Hay tantos motivos…

Sinceramente, me revientan las posturas del tipo: “¿Cómo se puede llegar a tener una depresión?”. Este tipo de comentarios suelen venir de personas que nunca han pasado por una situación así y es por esto que yo siempre hablo de la empatía.


¿Habéis oído hablar alguna vez de la empatía? Sí, esa palabra tan bonita que habla de la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Esta capacidad abunda entre los psicólogos, de hecho, en un ejercicio realizado en clase en el que nos pedían cinco características nuestras, mis veintidós compañeros y yo presumimos de tener este «don». No tengo que pasar por una depresión, ni por un TOC, ni por un trastorno de alimentación para poder entender que pasa más o menos por la cabeza de estas personas. ¡¿Me volvería loca si tuviera que pasar por todo lo que mis futuros pacientes van a pasar?! Os digo lo mismo, hay que intentar esforzarse por entender estas situaciones y, aunque las veamos muy alejadas de nosotros, respetarlas y comprenderlas. Tú podrías ser el siguiente tocado por la mano de la depresión.

Haced un ejercicio: poneos en lo peor, en lo peor de lo peor. La peor cosa que consideréis que podría pasaros ahora mismo. Ahora pensad en los sentimientos de desesperanza, tristeza, dolor, llanto y sufrimiento. Si habéis hecho bien el ejercicio, ahora mismo sentiréis como una aflicción en el pecho. Imaginaos eso de un modo permanente y continuo; día tras día…

Quien sabe ponerse en el lugar del otro, siempre comprende lo que no pueden comprender los demás. F.Fortuny

Quien no comprende una mirada, tampoco comprenderá una larga explicación. (Proverbio árabe)

Todo el mundo puede sufrir depresión, la depresión no distingue entre sexos, aunque culturalmente parece que las mujeres la padecen más. Esto no es cierto, hombres y mujeres la sufren por igual pero en las mujeres está culturalmente más aceptado y los hombres suelen ocultar sus penas y no expresar verbalmente sus emociones. Aunque puede que con estas actitudes al final solo se lleven la peor parte porque, a cambio, lo manifiestan por medio de abuso de sustancias, violencia y conductas autodestructivas.

La depresión es una enfermedad que puede pasar inadvertida para quien la padece, pero conforme va pasando el tiempo, la vida se vuelve más insostenible y acaba siendo inevitable plantarle cara.


Se pierde el interés por el día a día, puede haber un exceso de aumento o pérdida de peso, es muy típico, a cual marmota, el deseo de dormir en exceso (aunque puede haber  en algunos casos de insomnio). No hablemos pues, cuando una persona esté sufriendo una depresión y es estudiante. Ahora os preguntaréis: «¿Qué dice esta Mar de ser o no estudiante?» .Se ha demostrado que la memoria, así como el nivel de concentración disminuyen muchísimo. 

Por lo tanto, puede que se pierda un año de estudios o consecuencias de este tipo que agravan si cabe, todavía más la situación. Algunos estudios, aseguran que la persona que padece depresión ve el mundo a través de colores más oscuros, tirando a pobres y grises. También los movimientos se vuelven lentos y puede haber ideación suicida.

Digo que puede haber, aunque no tiene por qué. Mucha gente suele basarse en esta fórmula: depresión = suicidio. Puede sufrir una depresión y no pensar nunca en la muerte, puedo sufrir una depresión y tener ideación suicida teniendo la conciencia de que nunca lo haría, puedo tener depresión y haberlo intentado, puedo haber sufrido depresión y no soportar ni un minuto más de esta vida que me aprisiona y decidir lo peor.

Mi experiencia me ha enseñado que las personas más buenas y las que dan más de ellas para ayudar a los demás han sido siempre las que han acabado sufriendo más esta enfermedad. Quizás esa ingenuidad, esa inocencia, ha terminado por derribarse cuando uno se ha chocado contra el muro de la dura realidad. Una vez escuché que una persona sufre depresión porque ha intentado ser fuerte durante demasiado tiempo y ahora creo que es cierto.

Tener una depresión implica tiempo, espera y paciencia para todo aquel que la sufre. La vida se vuelve lenta y es como si todo aquello nunca acabara. Muchos pierden las esperanzas y el norte y terminan por escoger la vía fácil, que a veces es la peor para él mismo y su familia. Cuando una sufre una depresión, nunca tiene que tomar decisiones importantes, es mejor derivar a otros: « ¿Qué opinas sobre esto?, ¿Crees que estoy haciendo bien? »

Al principio del proceso, mucha gente te apoyará, pero luego todo se desvanecerá. El apoyo social disminuye «porque me cansas», «es tan negativo que me pongo triste de solo estar a su lado», «siempre habla de lo mismo». No te sorprendas si al final te encuentras solo en la superación de esta enfermedad. No te engaño, te avisé.

Esto te hará fuerte. Sé paciente y espera porque lo bueno está por venir. Cuando termine todo esto serás una nueva persona, un nuevo tú qué querrá vivir la vida como nunca la ha vivido. De todo lo malo se pueden sacar cosas buenas y esta no será para menos. Cuando esto llegue a su fin, tendrás la oportunidad de vivir intensamente cada momento porque habrás vuelto a respirar y será como oler un campo con lluvia de rocío por primera vez. 
Porque para nacer, primero has de morir.

El proceso es duro. Llora todo lo necesario porque eso te hará bien. Enfádate, es indispensable cuando uno quiere soltar la rabia que lleva dentro por la injusticia de haber pasado por algo tan duro como una depresión. Yo siempre utilizo una metáfora que me parece preciosa: cuando alguien tiene una depresión es como una herida en la piel, habrá que echarle alcohol, y dolerá, dolerá mucho pero al final se curará. Habrá que limpiarla y desinfectarla, ver lo que ha pasado para que haya una herida y trabajar sobre ella.



Os dejo con frases que me encantan y que espero que ayuden a entender este proceso y ayudar a todo aquel que lo esté sufriendo:

Somos el resultado de todo lo que hemos vivido .Canción Somos de Melocos.

Nadie puede guardar toda el agua del mar en un vaso de cristal. Canción Salir corriendo de Amaral.

Y cada día es uno más, parecido ayer. Ya sabrás la situación, aquí todo esta peor, pero al menos aún respiro. Canción Inevitable de Shakira

Solo las personas que son capaces de amar intensamente pueden sufrir también un gran dolor, pero esta misma necesidad de amar sirve para contrarrestar su dolor y curarles. Mariano Navarro Serer.

Y una canción que podría ser la banda sonora de cualquiera con esta enfermedad a través de I dreamed a dream de el musical de Los miserables.








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