(Nota: podéis ver la primera parte de esta entrada pinchando aquí)
En la obra de Peter Pan, Wendy y
Campanilla siempre estaban a la gresca
y es que más diferentes no podían ser. La una competía contra la otra, las dos a
su manera, por las atenciones de Peter. La ficción toma tintes de realidad
cuando aparecen en el mundo de la psicología dos nuevos síndromes: el de
Campanilla y el de Wendy. J.M Barrie, jamás podría haber imaginado no solo que
llegaran a ser síndromes sino que representarían el arquetipo femenino en la
actualidad.
Por un lado tenemos a Wendy.
Wendy, en el cuento, es una niña preocupado por sus hermanos y por los niños
perdidos, además, toda una madraza que les cuenta cuentos. El síndrome de Wendy no se aleja demasiado de la
ficción. Se da, normalmente, en mujeres que actúan como madres con sus seres
queridos. Pretenden satisfacer siempre a los demás antes que a ellas mismas
porque tienen miedo al rechazo y crean una excesiva sobreprotección con su
gente más cercana. Se preocupan tanto por la vida de los demás que dejan a un
lado la suya por lo que crean un estado de dependencia hacia los otros.
¿Por qué se puede dar un síndrome
de Wendy? Se puede producir cuando una persona, por circunstancias, se ha
tenido que hacer mayor muy rápidamente y ocupar roles que antes no tenía. Por
ejemplo, se puede dar el caso en que una madre de familia fallezca y en el que
una de sus hijas tenga que ocupar su lugar. También se puede producir cuando la
persona siente que no ha tenido suficiente protección en la infancia. Todos
estos “traumas” se traducirían en el síndrome de Wendy en la vida adulta.
Por otro lado tenemos a
Campanilla. Toda mona ella y con ese carácter que tiene que no le cabe en ese cuerpecito tan pequeñito. Ella es muy hecha pa´lante
pero también vengativa y celosa. De vuelta al mundo real, los datos nos revelan
que hay cada vez más Campanillas y que la cosa va en aumento. Las mujeres con
este síndrome son perfeccionistas, destacan en su trabajo, son competentes y
ocupan puestos de alta responsabilidad, hasta aquí todo bien pero… esperar que
viene la segunda parte. Las Campanillas atraen a los hombres con su tintineo y
su luz mágica pero no formalizan nada porque tienen miedo al compromiso, en
definitiva, tienen una vida afectiva desastrosa. Creen que los hombres no están
a su altura y que amar es un síntoma de debilidad. Saben controlar muy bien sus
emociones y estar a la deriva del amor les hace estar inseguras. A pesar de
todo, tienden al enfado, a la cólera y sienten una gran tristeza por todo ello.
¿Por qué se puede dar un síndrome
de Campanilla? En realidad, las Campanillas son como niñas que han tenido
relaciones negativas con su padre y que han generalizado esa relación a todos
los hombres. En otras ocasiones, puede que Campanilla haya tenido que rivalizar
con algún hermano o incluso con la pareja afectiva de su padre, con la finalidad
de que se le prestara más atención.
Espero que os haya gustado. Nos vemos por Facebook.
Ella me digo que amar era sufrir, yo la miré y le dije que sufriría por ella - Peter Pan