¿Recordáis el cuento de Blancanieves? ¿Y la relación que tenían el espejo y la reina? en la película cuando la reina le preguntaba a su espejo, ella le habla y le pregunta todos los días si es bella. Ella es feliz cuando la imagen que el espejo le devuelve la satisface y adula su ego y su rutina. La madrastra se siente bien mientras sabe que es la más deseada, pero se vuelve triste y feroz en cuanto deja de serlo.
De esto vamos a hablar hoy, de lo que puede
suponer verse a través de un espejo con una distorsión
perceptiva, de depender verse bien físicamente para ser feliz y de la lucha
continua de las personas con sobrepeso por tener que
"acomodarse" a un mundo que no les corresponde.
Querer adelgazar no es malo. Lo que es malo es autoexigirse, querer ser perfecto y llegar a límites insospechados para conseguir la meta de adelgazar. No entiendo como hemos podido llegar a tal presión en la sociedad en la que vivimos en el que es más importante seguir los cánones de la sociedad que no darse la licencia de aceptarse. La dura realidad.
Querer adelgazar no es malo. Lo que es malo es autoexigirse, querer ser perfecto y llegar a límites insospechados para conseguir la meta de adelgazar. No entiendo como hemos podido llegar a tal presión en la sociedad en la que vivimos en el que es más importante seguir los cánones de la sociedad que no darse la licencia de aceptarse. La dura realidad.
Los trastornos de alimentación
ya se encuentran dentro del "top
ten" de problemas psicológicos del siglo XXI.
Me permitiré explicaros una cosa, los trastornos de alimentación
más conocidos son la anorexia y la bulimia pero hay muchos otros síntomas de
relación insana con la comida. Esconder la comida, mirar de manera obsesiva las
calorías de los productos, realizar deporte inmediatamente depúes
de comer, sentir remordimientos, darse atracones...son motivos
suficientes para pensar que algo malo está ocurriendo sin entrar dentro de un
trastorno de alimentación.
Las dietas son obsesivas, así de simple. La primera mitad del proceso estás intentando quitarte los kilos de más y la otra mitad (sino durante toda tu vida) estás evitando engordarlos de nuevo. Cuando empiezas a verte bien empieza la espiral imparable : aumenta tu autoestima, te renuevas el armario, la sociedad te refuerza con mensajes positivos (¡que guapo/a estás!) y todo termina siendo como un falso positivismo en vena. Digo falso positivismo porque a la mínima que engordes unos kilitos (típico en Navidades) todo se vendrá abajo y tu felicidad desaparecerá porque habrás basado tu bienestar en algo tan voluble como los kilos de más.
No estoy en contra de los dietistas,
ni mucho menos, de hecho yo he estado a dieta en varias ocasiones y siempre me
intento cuidar a través del deporte y la comida sana. Estoy a favor de las
dietas con sentido común. Es un error garrafal iniciar una dieta sin haber
visitado antes a un psicólogo. En lugar de preguntarte: ¿Cuantos kilos quiero
perder? ¿Qué talla de camiseta quiero alcanzar?, deberías preguntarte: ¿Por qué
tengo esta baja autoestima? ¿Por qué quiero ser
perfecto? ¿por qué me autoexigo tanto?¿ Por qué no me
acepto? ¿Por qué me importa tanto la opinión externa?
Os invito a hacer una prueba, preguntarle a
cualquiera que está haciendo dieta porque lo hace y las contestaciones siempre
serán las mismas: "para ganar seguridad en mí mismo", "para
sentirme mejor", "para ser más feliz" todas estas frases
conllevan términos psiclógicos, creo pues, que iniciar
una dieta sin haber consultado antes con un psicólogo es empezar la casa por el
tejado. Una gran amiga mía que es dietista, una vez me aseguró
que su despacho terminaba siendo siempre una consulta psicológica y me animaba
a apuntarme al carro.
A través de estas líneas, espero haberos hecho
entender que las dietas son buenas siempre que utilicemos
el sentido común. Tenéis que intentar solucionar lo que
hay dentro de vosotros e intentar averiguar qué hay detrás de un "quiero
adelgazar". Si os lo podeis permitir, aconsejo un
psicólogo o coach durante todo el proceso de adelgazamiento, en las dietas existen muchos bajones
y, en ocasiones, te sientes solo ante una meta que se hace eterna. Se de lo que
hablo, no solo porque he hecho dietas o porque sea psicóloga, sino porque he
visto como conocidos míos se han adentrado en esa espiral y nunca han vuelto a
ser los mismos. Estás a tiempo de cambiar todo esto, está en tus manos.
Hola Mar, enhorabuena por este blog. Cuanta razón tienes... Iré siguiendote.
ResponderEliminarUn besote. M.Angeles
Muchas gracias por tus palabras Ángeles.Si necesitas que proponga algún tema ya me dices. Un beso.
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